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Cómo eclosionar huevos de artemia
La artemia salina es un pequeño crustáceo que vive en aguas salobres (marismas) de prácticamente todos los continentes. Su tamaño adulto es de aproximadamente 1 centímetro. Para reproducirse en zonas tan variables en condiciones de salinidad y sujetas a sequías temporales como una marisma proporcionan a sus huevos una forma de resistencia que se llama quiste. Es un huevo que tiene, aparte de la cubierta normal, otra más dura e impermeable. Aguanta una deshidratación extrema y puede permanecer inactivo (lo que se denomina diapausa) durante años.
En esta forma de quiste lo podemos encontrar y comprar en las tiendas. Para que salga la larva (nauplio) del huevo hay que hidratarlo y eclosionarlo y eso es lo que veremos a continuación.
¿Cómo eclosionar la artemia?
Para eclosionar los quistes de artemia necesitaremos, además de los quistes, un recipiente donde lo vayamos a eclosionar, agua del grifo, sal marina y una bomba de aire con un difusor.
Echamos el agua (a temperatura ambiente, que no esté muy fría) en el recipiente y una cucharada de sal por cada litro de agua. Lo mezclamos bien para que la salinidad sea homogénea y echamos los quistes. A continuación ponemos en marcha el aireador y ponemos el difusor dentro del agua. Es muy importante que haya movimiento de agua y oxigenación constante.
Lo ideal es mantener la temperatura a unos 24ºC. A esa temperatura los huevos tardarán en eclosionar unas 24 horas. A temperaturas inferiores tardarán más tiempo; a temperaturas superiores tardarán menos de 24 horas pero no es conveniente que sobrepase los 28 ó 30ºC porque los huevos dejan de ser viables y los nauplios, si salen del huevo, mueren por calor.
Pasadas las 24 horas podremos ver unos puntitos muy pequeños anaranjados que nadan de forma más bien errática, como a saltitos. Son los nauplios, las larvas recién eclosionadas de la artemia. Vamos a parar la aireación para que la coriente no los arrastre. Las cáscaras de los quistes de los que han salido los nauplios son muy ligeras y sin corriente que las mueva se quedarán flotando. Los huevos que no hayan eclosionado aún pesarán más y se irán al fondo. Los nauplios estarán nadando en toda la columna de agua a diferentes alturas.
Para recolectarlos sin llevarnos ni cáscaras (que son muy indiestas para los peces) ni quistes sin eclosionar (ídem, y además puede que queramos darles una nueva oportunidad de eclosionar con otras 24 horas) es útil utilizar una jeringuilla o una pera y aspirarlos.
Los nauplios tienen tendencia a acercarse a la luz. Si colocamos una linterna con luz muy potente veremos como todos empezarán a nadar (a su ritmo) hacia la luz, lo que también es útil para concentrarlos en un punto antes de aspirarlos. Si nuestros peces son de agua salada podemos dar de comer los nauplios directamente. Si son de agua dulce, no es conveniente echar el agua salda en el acuario, así que tendremos que recogerlos en un tamiz.
Otra opción que encontramos en el mercado es el eclosionador de artemia o artemiero concéntrico. Éste no necesita aireador y tiene un sistema muy cómodo de recolección de los nauplios.
Los nauplios recién eclosionados son los más ricos en nutrientes porque aún contienen parte del saco vitelino (la reserva alimenticia de la larva dentro del huevo) que es altamente nutritivo. A medida que pasan las horas después de la eclosión, van consumiendo este saco vitelino y necesitan empezar a comer por lo que pierden parte de sus propiedades. Si por el tamaño de tus peces o cualquier otra razón debes mantener los nauplios para que crezcan un poco más en tamaño, debes alimentarlos con fitoplancton, que son microorganismos de tipo vegetal y microalgas, forman parte de lo que conocemos como el agua verde de zonas estancadas. Los nauplios son filtradores y se alimentarán sin problemas de este fitoplancton que los enriquecerá aún más. Lo que coman los nauplios será en definitiva de lo que se alimentarán tus peces cuando se los des de comer.
¿Qué aportan a la dieta los nauplios de artemia?
Aparte de lo irresistibles que resultan para los peces al verlos en movimiento, los nauplios de artemia aportan lípidos y ácidos grasos insaturados a su dieta. Si además están enriquecidos con fitoplancton y/o vitaminas, éstos pasarán también al tubo digestivo de los peces cuando los ingieran.