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Cuidados del betta en recipientes sin filtro

El betta o pez luchador del Siam es uno de los peces más vendidos, según mi experiencia, como los neones, escalares, guppies y ovovivíparos en general, y peces de fondo (corydoras, plecos, ancistrus...).

 

Además de su vistosas aletas y bonito colorido, es un pez resistente que aguanta condiciones que otros peces no aguantarían. Por ello, es el único que recomendaría mantener en recipientes pequeños - a veces de 2 ó 3 litros o incluso menos - sin filtro ni calentador. Si bien es preferible que esté en un acuario equipado con todo esto, muchas veces es inevitable que acabe en jarrones de cristal y peceras de bola, con alguna vara de bambú y unas piedrecitas de colores en el fondo (es un ejemplo). Yo personalmente prefiero que sea un betta y no un pez de agua fría tipo cometa naranja el que viva en un recipiente así, aunque si al betta pudiera evitárselo también lo haría.

 

Dejando esto claro, vamos a ver qué cuidados necesita este pez para que su vida sea lo más larga y exenta de sufrimientos posible.

 

Debido a que en estos recipientes no hay filtro que mantenga el agua en condiciones higiénicas, vamos a tener que ser nosotros los que hagamos su función. Es conveniente cambiar el agua una o dos veces en semana. NUNCA cambiaremos la totalidad del agua, sino el 50%. NO vamos a sacar el pez, puede estresarse y enfermar. Lo más sencillo es preparar en un cubo, jarra u otro recipiente la cantidad de agua que vayamos a renovar y añadir el anticloro o acondicionador. Procuraremos que esté a temperatura ambiente, o lo más parecida posible a la que el pez tenga en su acuario. Dejamos unos 15 ó 20 minutos para que el anticloro haga su trabajo y elimine las sustancias nocivas del agua que estamos preparando. A continuación retiramos con un vaso o un tubo, o con lo que mejor nos apañemos, la mitad del agua del acuario de nuestro betta, y la remplazamos con el agua que tenemos ya preparada, limpia. Intentaremos que si tenemos grava en el fondo no se remueva demasiado, pues nos puede generar amoníaco.

 

La alimentación del betta debe ser cuidadosa, sobre todo porque al no tener filtro cualquier resto de comida que deje el betta se descompondrá y ensuciará el agua, no solamente aumentando la posibilidad de que nos salgan algas sino que se generará gran cantidad de amoníaco y nitrito. Una vez al día es suficiente. Le daremos la cantidad suficiente para que se la coma en un minuto, y no más. Si queremos darle más veces al día repartiremos la ración diaria en varias, no la multiplicaremos. Iremos conociendo las necesidades de nuestro pez con el tiempo, y veremos si es suficiente o si deja la comida porque le hemos echado demasiada; reduciremos la cantidad en la siguiente toma. Tampoco pasa nada si un día a la semana lo dejamos sin comer. (NOTA: Esto es válido siempre y cuando el pez se encuentre sano. Si tiene cualquier tipo de enfermedad o está en tratamiento puede que sean necesarias otras pautas.)

 

Un signo de que nuestro betta no está bien es que se encuentre inactivo y no suba a la superficie a comer, o que tenga las aletas pegadas, o deshilachadas. Como medida preventiva, el cambio de agua es un buen aliado; pero recuerda, NUNCA cambiamos todo el agua. Sin embargo no debemos alarmarnos si lo vemos tumbado en el suelo o en la hoja de una planta porque si la temperatura es baja tiende a estar bastante aletargado, como dormido, apenas se mueve durante el día más que para comer y a veces ni eso. Si la temperatura sube - por ejemplo en verano ya que al no tener calentador depende de la temperatura ambiental de la habitación - estará más activo, su metabolismo se acelera y se mueve más, come más, incluso se enfrentará a su reflejo en el cristal extendiendo sus aletas y abriendo los opérculos pensando que es otro macho el que ve en su reflejo, y puede hacer un nido de burbujas.

 

Lo de las aletas sí es más definitivo. Un betta sano tiene las aletas completas, semiabiertas - no siempre abiertas del todo - sin arañazos, agujeros, deshilachamiento o partes faltantes, sin puntos (parásitos) o manchas (bacterias, hongos) ni pelitos (hongos). Cualquier desperfecto que le veamos, y que nos haga sospechar debemos consultarlo cuanto antes con algún especialista, un amigo, un dependiente de una tienda especializada, etc. Cuanto antes cojamos las enfermedades antes podremos tratarlas y tendremos mayores posibilidades de éxito/curación.

 

Otras enfermedades frecuentes en el betta son las heridas por peleas, si no están solos en el acuario y conviven con otros/as bettas o peces que muerdan aletas; ojos hinchados; desperfectos en la boca como bultos, manchas o mandíbula desencajada; vientre hinchado (hidropesia o hidropesía). Es también habitual que el vientre hinchado - aparte de otras enfermedades más graves - surja por una obstrucción intestinal. En este punto recomiendo no pasarse con la larva de mosquito congelada a la hora de la alimentación. Es un bocado exquisito para nuestro betta y la comería día y noche pero es bastante indigesta para ellos porque la cutícula (piel) que recubre la larva, así como sus mandíbulas, son muy duras y a veces se les "atascan" en el intestino. Por ello mejor no darla más de 1 ó 2 veces en semana. Si nos da problemas para comer y no quiere el alimento seco, es mejor recurrir a la artemia aunque no sea tan nutritiva, porque no da tantos problemas. Si la obstrucción no es muy severa se puede intentar dar al betta con sumo cuidado una gotita de aceite de oliva en la boca, sacándolo unos instantes del agua o aprovechando el momento que sube a la superficie para inocularle esa gota en el momento que abre la boca para comer.

 

Espero que con estas breves indicaciones consigais tener un betta sano y feliz durante al menos un par de años.

  08/05/13 05:29:00 pm, by   , 988 words, Categories: Agua, General, Peces , 3 comments »