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Generalidades sobre cíclidos



En principio separamos los cíclidos según su origen en cíclidos americanos y cíclidos africanos.

Los cíclidos americanos los podemos separar a su vez en cíclidos enanos y grandes cíclidos.


 


Los cíclidos enanos comprenden el ramirezi, los apistogrammas y otros cíclidos de menor tamaño que no suelen aparecer en comercio como los taeniacaras. Todos éstos se suelen poner en parejas o tríos (1 macho y 2 hembras) en acuarios a partir de 60-80 litros. Se recomienda la misma cantidad de litros por cada pareja o trío si se quieren poner varias especies en un acuario grande porque aunque no son tan agresivos como sus hermanos mayores sí son territoriales y necesitan su espacio, que defenderán echando de él a cualquiera que consideren un intruso.

La mayor parte de las veces macho y hembra se llevan bien y pueden criar cuando son maduros sexualmente, pero hay ocasiones en que el macho acosa mucho a la hembra y es bueno meter una segunda hembra para repartir la tensión y ampliar la posibilidad de que el macho encuentre a alguna de ellas idónea para reproducirse.

Por eso y por el bienestar general, es aconsejable que el acuario esté medianamente plantado o tenga troncos o cuevas que hagan de escondites y faciliten la delimitación de territorios. La puesta se hace en una planta de hojas grandes como Anubias o Echinodorus o en cualquier superficie que consideren oportuna, como los cristales del acuario. Los padres cuidan la puesta, normalmente la hembra se queda “abanicando” los huevos para que tengan corriente y no se formen hongos y el macho hace guardia para que nadie se acerque, echa a cualquier pez – no le importará la talla – fuera de los límites de su territorio.

Son omnívoros aunque tienen preferencia por las proteínas, sobe todo si están vivas.

En muchas especies de apistogrammas se puede diferenciar al macho por tener colores más intensos y actitud más agresiva, y sobre todo la hembra más pequeña, de color más amarillento sobre todo en época de reproducción, colores en aletas un poco más apagados y unos bordes negros en las aletas pélvicas que los machos no tienen. En el caso concreto de los ramirezi, el macho aparte de los colores más vivos podemos ver, en la aleta dorsal, el segundo y tercer radio más largos que el resto. La hembra es un poco más redondita y tiene la tripa de color rosa que se vuelve más intenso cuando está en celo; su aleta dorsal es uniforme, no destaca ningún radio.

Entre los grandes cíclidos destacamos el escalar y el disco, y dejamos por otro lado el resto de cíclidos centro y sudamericanos, que alcanzan al menos 12 cm en estado adulto.

Discos

 



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tanto escalares como discos son cíclidos grandes (unos 15 cm de cuerpo en estado adulto para los primeros y hasta 22-24 cm en el segundo caso, sobre todo en discos de cautividad criados y engordados a papilla o con fines reproductivos), con unas jerarquías bastante fuertes. Siempre hay un macho alfa, en ocasiones es una hembra, por lo general el más grande del grupo, que come primero y reparte “ataques” (desde un simple toque de advertencia a peleas y persecuciones más serias) a los que están por debajo de él en la escala. Podemos imaginarlo como una pirámide con varios niveles en la que los que están más arriba “pegan” a los que están por debajo.

La reproducción es muy parecida a los cíclidos enanos. La puesta se hace en superficies lisas y planas que ambos progenitores limpian con esmero. El macho protege el territorio. Es muy habitual en estas especies que se les ponga un cono de resina o de barro cocido para que pongan los huevos ahí. La puesta en sí se da de la siguiente manera: cuando la superficie ya está limpia, la hembra pone una fila de huevos, por lo general con una pasada vertical de abajo arriba. A continuación el macho pasa por encima en la misma dirección, libera el esperma y los fecunda. La hembra vuelve a dar otra pasada para dejar huevos, y a continuación el macho. Se repite hasta que la hembra ya no tiene más huevos. Después la hembra los abanica con las aletas delanteras (pectorales) como ya hemos comentado antes, quita los huevos que enmohecen y cambia de sitio los sanos de vez en cuando.

En discos, cuando los alevines tienen ya natación libre y han absorbido el saco vitelino se alimentan de una mucosa que segregan los padres; así podremos verlos pegados a sus costados.

El resto de grandes cíclidos hay que valorarlos con cuidado: muchos crecen más de 20 cm, son territoriales, agresivos, algunos son depredadores. No se debería meter más de una pareja por cada 200 litros en muchos de los casos. La mayoría se venden de alevines y hay que advertir el tamaño adulto que alcanzan o los riesgos que pueden sufrir los compañeros de acuario.

En cuanto a alimentación, mayoría carnívoros. La reproducción como ya hemos indicado en otros cíclidos. El macho y la hembra pueden ser difíciles de diferenciar en muchas de las especies. A veces el macho tiene las aletas más largas y puntiagudas, los colores más intensos y – no siempre – un chichón bastante aparente cuando son adultos.

Los cíclidos africanos se dividen también por su procedencia: lago Malawi, lago Victoria, lago Tanganyka, cíclidos fluviales.

Los cíclidos del lago Malawi y lago Victoria requieren parámetros similares de agua: pH 7,5-8,0 y dureza de carbonatos alta (kH>6).

Aulonocara baenschi

Los cíclidos del lago Malawi son en general vegetarianos, están entre los 10 y los 12 cm y su reproducción es por incubación bucal. Se mantienen en grupos de cría de un macho por cada 2 ó 3 hembras. Son también muy territoriales, los machos tienen enfrentamientos por comida, hembra y territorio. Aquí no vale la regla de 1 litro por cm de pez en estado adulto que se suele usar porque si calculamos 12 cm x 4 ejemplares saldrían 48 litros, y eso es muy poco para este tipo de peces. Estaría bien unos 80 litros por grupo de cría. También hay que tener en cuenta que el tipo de acuario que se monta para estas especies son acuarios con mucha roca, a ser posible calcárea, lo cual también quita espacio y litros netos. Para diferenciar machos y hembras, a partir de cierto tamaño, hay que fijarse en los ocelos de color blanco a amarillo que presentan los machos en la aleta anal. A esto se le llama señuelo; lo explicaré en la sección de la reproducción. También tienen colores más intensos que las hembras.

La hembra pone los huevos y los recoge en la boca donde los cuidará hasta que sean alevines y puedan valerse por si mismos. El señuelo del macho la hace pensar que los ocelos de la aleta anal son huevos y en su afán de recuperarlos picoteará esta zona tomando la bolsa de esperma que tiene preparada el macho. De esta forma quedan fecundados los huevos de la boca de la hembra. Se pueden apreciar, cada vez más conforme nacen los alevines y van creciendo porque la hembra tiene una “papada” bajo la boca, primero incolora pero luego cada vez más oscura llegando a apreciarse los ojos de los alevines a través de la piel de esa papada. De vez en cuando los alevines empiezan a salir para investigar mundo y buscar comida, pero al menor indicio de peligro la hembra abre la boca y los alevines vuelven dentro toda velocidad; allí están seguros. Por este motivo es muy importante el estado nutricional de la hembra y las reservas que tenga, porque durante la incubación apenas comerá por no dejar salir a los huevos/alevines.


En los cíclidos del lago Tanganyka encontramos más variedad en cuanto a tamaño, alimentación y formas de reproducción. Los parámetros del agua son aún más alcalinos que en los otros lagos: pH 8-9, kH>10. En cuanto a tamaño hay desde cíclidos muy pequeños (varias especies de Lamprologus conchícolas, con no más de 4 cm de longitud) a cíclidos bastante grandes (comercialmente las especies de Tropheus son las más grandes que encontraremos, con unos 15 cm de longitud, aunque hay depredadores más grandes que no se comercializan). Mientras unos son preferentemente carnívoros (los conchícolas, Julidochromis, etc.) otros son estrictamente herviboros, como los Tropheus, que si toman proteínas enferman de bloat, cuyo síntoma es abdomen muy hinchado y que tiene difícil curación.

La reproducción es en general la incubación bucal aunque tenemos el curioso ejemplo de los cíclidos conchícolas. Viven en zonas con grandes extensiones de conchas vacías de caracoles muertos de la especie Neothauma. El macho vigila y defiende su territorio, ofrece sus conchas a la hembra, ésta elige una, pone sus huevos dentro, el macho los fecunda, y la hembra se queda dentro de la concha cuidándolos. La hembra, de muy pequeño tamaño en comparación con el macho, apenas sale de la concha.

En este tipo de acuarios también abunda la roca y no suele haber plantas porque igualmente se las comen.


Por otro lado, los cíclidos fluviales necesitan agua parecida a los peces americanos y asiáticos, pH de ácido a neutro según las especies. Su principal exponente es el Pelvicachromis pulcher o kribensis, un cíclido de fácil reproducción (necesitan una cueva, ya sea un coco, un conjunto de troncos o de piedras) y que se puede mantener por parejas en acuarios de unos 60 litros. El macho es más grande y con aletas largas y puntiagudas, y la hembra más pequeña, con la tripa más gordita cuando está cargada de huevos y color rosa oscuro. Otro cíclido africano fluvial bastante vistoso es el transvestitus (cíclido travestido), de intenso colorido, particularmente las hembras, pero poco frecuente en comercio.

  17/03/12 03:54:00 am, by   , 1597 words, Categories: General, Peces ,

Enfermedades comunes en peces de agua dulce

 

En este artículo no pretendo entrar en profundidad en las enfermedades de los peces sino más bien aprender a detectarlas, diferenciarlas, saber cómo actuar y comentaré algunas de las más comunes a lo largo del texto.

Las causas de las enfermedades en los peces pueden ser múltiples y de distintos orígenes. La enfermedad puede provenir de fuera (peces nuevos que tienen o incuban una enfermedad para la que nuestros peces no tienen defensas creadas) o de dentro del acuario. Dentro de éstas últimas las más frecuentes son una mala calidad de agua, una alimentación pobre, superpoblación, estrés por compañeros de acuario inadecuados... Todo esto hace que al pez le bajen las defensas y las enfermedades oportunistas ataquen y causen una enfermedad que en condiciones normales, en un pez sano, no serían capaces de hacerle enfermar. Encontramos por ejemplo a los hongos que son los más típicos como enfermedad secundaria a una infección bacteriana.

En nuestra mano está gran parte de la prevención, asegurándonos por un lado de que compramos animales sanos, y manteniendo un buen nivel de vida de los que ya tenemos en el nuestro. Esto se traduce en: cambios regulares de agua (conociendo los parámetros del agua que usamos para el cambio y evitando alteraciones bruscas de cualquier parámetro, empezando por la temperatura), una alimentación variada y adecuada a nuestros peces (más proteína, o más vegetal, tamaño adecuado, buscando la calidad y a ser posible una buena palatabilidad para que la aceptación del pez sea mejor), elegir muy bien las especies compatibles con las nuestras sin forzar situaciones de convivencia que “podrían salir bien” pero también podrían no salir nada bien y acabar con resultados catastróficos”, evitando meter en nuestro acuario más animales de los que debería haber (un acuario es un ecosistema, no una lata de sardinas).

Partiendo de estas premisas, ¿cómo podemos saber si un pez está enfermo?

Algunos síntomas de enfermedades variadas son:

  • Pérdida de apetito (no sube a comer, no busca la comida)
  • Apatía (se queda en un sitio quieto y no nada activamente; esto es teniendo en cuenta el nivel previo de actividad del pez, no se mueve lo mismo un neón que una corydora, o que un guppy, o que una cebrita)
  • Natación “rara”, errática, puede ser haciendo eses, o de forma muy nerviosa y descontrolada, o de lado, o panza arriba, el pez no se puede mantener en la posición correcta
  • Aletas rotas o deterioradas, deshilachadas
  • Lesiones en la piel en forma de puntos, manchas, heridas, “pelos”, gusanos, etc; escamas ausentes, pérdida de color continuada, falta de barbillones en peces de fondo
  • Dificultad para respirar, respira rápido en la superficie, no usa las 2 agallas (no abre los 2 opérculos que las tapan), tiene las agallas enrojecidas, gusanos en las agallas
  • Ojo hinchado, boca o espina deformada, bultos en el cuerpo
  • Escamas levantadas (erizadas) acompañadas de hinchazón del vientre, extrema delgadez con el vientre hundido, hemorragias internas visibles
  • Deposiciones de color distinto al habitual, blanquecinas, discontinuas, con mucosidad

Cuanto antes detectemos los síntomas y más claros los tengamos antes podremos aplicar el tratamiento correcto y más efectivo será. Como en todo cuanto antes detectemos la enfermedad más posibilidades tendremos de sacar adelante el animal enfermo.

Otra de las cosas que nos podemos plantear es qué ocasiona la enfermedad ya que antes que aplicar un medicamento de amplio espectro será mejor aplicar un tratamiento antibiótico, antifúngico, antiparasitario o lo que proceda.

Muchas veces tenemos que hacerlo por descarte, a no ser que se trate de las enfermedades más habituales de las que se conoce la causa, el tratamiento y que se soluciona de forma rápida.

De forma muy simplificada podemos afirmar que:

Los puntitos en la piel y los gusanos en piel o agallas suelen ser parásitos

Las enfermedades fúngicas (hongos) se suelen manifestar en heridas o zonas ya dañadas, en forma de pelos o abultamientos blanquecinos con forma de “coliflor” de apariencia algodonosa.

Las manchas en la piel, blanquecinas, suelen ser bacterianas si la capa no es muy gruesa, y fúngicas si son más abultadas.

Las lesiones en las aletas suele ser una combinación de bacteria y hongo.

Los problemas de natación por flotabilidad suelen tener como causa una infección de la vejiga natatoria (lo más habitual, bacterias).

Los peces con bastante delgadez acompañado o no de deposiciones blanquecinas y/o discontinuas se deben a parásitos intestinales (internos).

Las heridas abiertas son susceptibles de ataques bacterianos o fúngicos con lo que es algo a evitar. Suelen deberse a agresiones de otros peces o a la presencia de objetos o grava afilados, con bordes cortantes.

Descartando todo esto *casi* podemos concluir que se trata de algo vírico, que casi nunca tiene tratamiento.

Con estos datos podemos empezar a hacer algo, como separar al pez del resto para evitar que se propague, subir la temperatura si se trata de algún parásito externo, o mantenerla e incluso bajarla un poco si es algo bacteriano (las infecciones avanzan más rápido a temperaturas altas). Y por supuesto medicar en consecuencia con unos medicamentos u otros.

La cuarentena o enfermería se trata de una urna no necesariamente grande, que se rellena con agua del acuario donde está el pez que ha enfermado y donde se aplica el tratamiento que deba seguir. Por comodidad la urna está desprovista de grava o cualquier tipo de decoración y el filtro es o de esponja o uno interno o de mochila lo más sencillo posible. No es necesario que esté ciclado ya que la mayoría de medicamentos afectan en mayor o menos medida a la colonia bacteriana, porque controlaremos los parámetros con cambios de agua, porque la estancia del pez será en princpio corta y porque muchas veces no conviene alimentar mientras dure el tratamiento. Es especialmente interesante poner un aireador para que el pez no tenga que realizar un sobreesfuerzo, y porque suele estar ya debilitado de por sí por la enfermedad. Otras cosas a tener en cuenta es que el tratamiento se realice a oscuras, ya que la luz puede alterar el medicamento y anular su efecto, y el pez estará más tranquilo que si le ponemos un fluorescente; y hay que quitar el carbón en caso de tenerlo en el filtro así como la luz UV en caso de estar instalada. Ya usaremos el carbón al terminar el tratamiento para retirar cualquier resto de medicamento que quede en el agua; sobre todo cuando hay que hacerlo en el acuario comunitario.

También hay que saber que las plantas se resienten con los medicamentos y la mayoría de caracoles y gambas mueren porque son muy sensibles a los compuestos químicos.

 

Algunas enfermedades habituales son:

 

Punto blanco

 

Generalmente se da por una bajada de defensas del pez. El responsable es un parásito oportunista, un protozoo ciliado que se llama Ichthyophthirius multifiliis o de forma abreviada Ich.

 

El síntoma es que el pez queda cubierto por una serie de pequeños puntos blancos por todo el cuerpo.

 

La solución pasa por elevar la temperatura paulatinamente hasta los 28-30 grados según el pez que sea, la temperatura que aguante y la temperatura de la que partimos. En general a temperaturas altas el parásito muere y se desprende del pez. También funciona dar baños de agua salada o añadir sal al acuario; hay que hacerlo con mucha precaución porque hay peces que no soportan la sal (peces gato, algunos tetras, algunos ciprínidos...) así como la mayoría de los invertebrados (gambas y caracoles). Si queremos ir a lo seguro debemos añadir un medicamento específico para el punto blanco (casi todas las marcas tienen uno) y seguir a rajatabla las dosis y los tiempos de tratamiento.

 

Nota: Nos estamos refiriendo siempre a enfermedades de agua dulce. El punto blanco marino es diferente, lo provoca otro parásito y ya lo veremos en su momento.

 

Podredumbre de aletas

 

Las aletas de los peces aparecen como comidas y deshilachadas, muchas veces con bordes algodonosos de aspecto blanquecino, en enfermedad avanzada se distinguen los radios de la aleta “pelados” e incluso ausentes (pérdida total de la aleta). Suele empezar por una herida (mordiscos de otros peces, roces contra objetos cortantes/afilados del acuario) que en malas condiciones de agua se ve rápidamente infectada por bacterias y hongos.

 

Hay muchos medicamentos que tratan esta enfermedad pero lo más importante quizá es eliminar el origen de esa primera lesión, ya sea el pez que atacó o mejorar las condiciones del agua.

 

Hidropesia o hidropesía

 

Este término indica una hinchazón o edema en cualquier parte del cuerpo, más frecuentemente en ojos y zona ventral o visceral. Es muy típico el ojo hinchado o la hinchazón del vientre con las escamas separadas del cuerpo, que vistas desde arriba aparecen erizadas. No se trata tanto de una enfermedad como de un síntoma. A pesar de ello suele dar resultado el tratamiento con algún medicamento para las bacterias.

 

Hay que intentar no confundirla con una obstrucción intestinal que se da a veces cuando el pez no puede defecar y coincide en muchas ocasiones con un abuso de la larva roja congelada. Es más frecuente en laberíntidos (bettas, colisas) y en cíclidos. Este problema responde bien dando de comer al pez alimentos de efecto diurético como los guisantes hervidos pelados o dar una gotita de aceite de oliva en la boca del pez – esto requiere manipulación y puede ser más complicado para los menos iniciados.

 

Asfixia y otros síntomas de falta de oxígeno

 

Esto lo hemos podido ver en alguna ocasión: los peces en la superficie boqueando rápidamente intentando coger aire porque les cuesta respirar.

 

Hay que ser muy consciente de que igual que nosotros necesitamos un aire limpio y con cierta concentración de oxígeno para vivir, los peces necesitan un agua oxigenada y libre de compuestos tóxicos para poder respirar.

 

Esta situación se da principalmente por 2 causas:

 

Falta de oxígeno en el agua. Frecuente en verano cuando aumenta la temperatura del acuario y a causa de ello disminuye la concentración de oxígeno en el agua. Tiene fácil solución poniendo un aireador para que aporte aire y circulación de agua y facilite el intercambio de gases en superficie.

 

Presencia de nitrito en el agua. El nitrito, del que ya he hablado en la parte de química del acuario, es un compuesto muy tóxico para los peces porque se une a la hemoglobina de la sangre y no le permite transportar el oxígeno con lo cual éste no llega a ningún órgano del cuerpo y se da el síntoma de asfixia descrito. Para este caso se recomienda, aparte del aireador, empezar con cambios de agua de un 10% controlando cada día la concentración de nitrito para comprobar si conseguimos bajarla, y un aporte de bacterias, a ser posible un concentrado diferente al que se usa en los cambios de agua, para reforzar la colonia bacteriana del filtro que se encarga de la transformación del nitrito en nitrato (Nitrobacter).

 

Hexamita y otros parásitos intestinales.

 

Es una enfermedad muy frecuente en cíclidos, especialmente en discos, aunque no exclusiva. Se caracteriza en primera instancia por un adelgazamiento patente del pez aún comiendo de forma habitual, y sobre todo por heces blanquecinas y discontinuas. En estados más avanzados aparecen unos agujeros en la cabeza por los que podemos ver en ocasiones los parásitos como la cabeza de una espinilla.

 

Salvo casos raros también aparece en momentos de defensas bajas de los peces o por incorporación de peces nuevos con cepas más resistentes. La hexamita (nos referiremos a estos parásitos con el nombre del más conocido de ellos) es algo que siempre está ahí, siempre está en el pez, pero solo ataca cuando el pez se encuentra débil por cualquier causa, desde mala calidad de agua a estrés. Habrá que medicar con el tratamiento específico para ellos, como siempre siguiendo escrupulosamente las dosis y los tiempos. Es altamente probable y muy aconsejable que se tenga que repetir el tratamiento una vez desaparecida la enfermedad como medida preventiva porque recidiva (vuelve) cada X meses. Por establecer un paralelismo es como el que tiene herpes labial y siempre que sufre estrés o fiebre sabe que volverá a tenerlo, nunca se elimina del todo.

 

Anorexia

 

También un síntoma. Puede ser por cualquier enfermedad que esté incubando el pez o que esté comenzando a infectar así que es conveniente vigilar al pez así como intentar que vuelva a comer porque también hay tratamientos que se dan vía oral.

 

Hay muchas otras, pero éstas son las que más se me presentan por mi experiencia en conversación con otros acuariófilos.

  02/02/12 09:32:00 am, by   , 2075 words, Categories: General, Peces ,