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Cómo leer las etiquetas de comida para peces
La etiqueta de la comida para animales igual que la de humanos, nos indica de qué está compuesto este alimento, en qué cantidad o proporción, además de otros datos útiles como quién lo fabrica, cuándo se ha fabricado y la fecha de caducidad, el modo de empleo, etc.
Os voy a dar algunas indicaciones para interpretar la parte de ingredientes y composición analítica para qué sepáis qué comida estáis dando a vuestro peces y cuál se adecua más a la dieta de cada una de las especies.
En primer lugar os aparecerán los ingredientes o materias primas. Éstos pueden ir indicados como carne, aceite de pescado, harina de trigo, algas, etc. Aparte de saber los ingredientes en sí es importante saber que los primeros que aparecen en la lista son los más abundantes, y los que le siguen lo son menos, siendo el último producto el que se encuentra en menor cantidad. En ocasiones se ve claramente porque indican los porcentajes o el peso de cada uno; pero en ausencia de estos datos podemos estar seguros que el orden determinará la cantidad en que dicho ingrediente esté presente en el alimento.
Por otro lado nos indican la composición analítica, que es la que nos indica los nutrientes que tiene ese alimento. En ésta nos encontraremos: proteínas, grasas, humedad, fibra, cenizas, vitaminas y aditivos (no por ese orden, sino de nuevo por orden de abundancia). ¿Qué significa cada uno de ellos?
Las proteínas son los materiales que desempeñan un mayor número de funciones en las células de todos los seres vivos. Por un lado, forman parte de la estructura básica de los tejidos (músculos, tendones, piel, uñas, etc.) y, por otro, desempeñan funciones metabólicas y reguladoras (asimilación de nutrientes, transporte de oxígeno y de grasas en la sangre, inactivación de materiales tóxicos o peligrosos, etc.). También son los elementos que definen la identidad de cada ser vivo, ya que son la base de la estructura del código genético (ADN) y de los sistemas de reconocimiento de organismos extraños en el sistema inmunitario. Para ampliar conocimientos sobre las proteínas puedes visitar esta página.
Las grasas (o lípidos) se utilizan en su mayor parte para aportar energía al organismo, pero también son imprescindibles para otras funciones como la absorción de algunas vitaminas (las liposolubles), la síntesis de hormonas y como material aislante y de relleno de órganos internos. También forman parte de las membranas celulares y de las vainas que envuelven los nervios. Están presentes en los aceites vegetales (maíz, girasol, cacahuete, etc.), que son ricos en ácidos grasos insaturados, y en las grasas animales (tocino, mantequilla, manteca de cerdo, etc.), ricas en ácidos grasos saturados. Las grasas de los pescados contienen mayoritariamente ácidos grasos insaturados. Nuevamente si quieres ampliar conocimiento entra aquí.
La humedad es, como podemos deducir por su nombre, la cantidad de agua que contiene el alimento. Si cualquier comida la metemos en un horno y lo dejamos el tiempo suficiente, perderá agua en forma de vapor, quedando el resto deshidratado. Si pesamos el alimento antes y después de la evaporación del agua podremos saber qué proporción o porcentaje suponía este agua en el peso total del alimento sin tratar.
La fibra forma parte de los hidratos de carbono, pero son aquéllos que no se pueden digerir. Al no poder ser descompuestos por las enzimas digestivas, pasan por el tubo digestivo casi enteros y a pesar de no aportar ningún nutriente como tal, ayudan a que el paquete de comida que queda tras la digestión pase más fácilmente y se elimine en las heces sin más complicaciones.
Las cenizas se refieren a los minerales que aporta el alimento. Es la parte inorgánica que queda si eliminamos todas las que hemos dicho arriba y el agua. No es que estemos alimentando a nuestros animales ( o a nosotros mismos) con ceniza de un cigarro o una hoguera, sino que las cenizas de la comida son los minerales y oligoelementos. Los minerales son los componentes inorgánicos de la alimentación, es decir, aquéllos que se encuentran en la naturaleza sin formar parte de los seres vivos. Desempeñan un papel importantísimo en el organismo, ya que son necesarios para la elaboración de tejidos, para la síntesis de hormonas y en la mayor parte de las reacciones químicas en las que intervienen las enzimas. Para ampliar.
Las vitaminas son sustancias orgánicas imprescindibles en los procesos metabólicos que tienen lugar en la nutrición de los seres vivos. No aportan energía, puesto que no se utilizan como combustible, pero sin ellas el organismo no es capaz de aprovechar los elementos constructivos y energéticos suministrados por la alimentación. Normalmente se utilizan en el interior de las células como precursoras de las coenzimas, a partir de las cuales se elaboran las miles de enzimas que regulan las reacciones químicas de las que viven las células. Ampliación.
¿Qué debemos buscar en la comida de nuestros peces?
- Para peces carnívoros y depredadores buscaremos una comida con un porcentaje alto de proteína, a partir de un 35% aproximadamente
- Para peces herbívoros o vegetarianos elegiremos la comida que no tenga tanta proteína y que tenga un aporte elevado de vegetales tales como algas (entre ellas la espirulina), espinacas, ortiga, madera, etc.
- Si queremos resaltar el color de nuestros peces, especialmente los rojos, naranjas y amarillos, buscaremos uno que contenga astaxantina. También la espirulina es buena en este aspecto.
- Si buscamos mejorar el sistema inmunitario de nuestros peces, por ejemplo tras una enfermedad y su consiguiente medicación, o tras situaciones de estrés como introducción de ejemplares nuevos o peleas, buscaremos que la comida lleve ajo.
- Si tenemos ejemplares criando sería bueno que contenga vitaminas A, D y E. La cantidad de vitaminas muchas veces se encuentra en UI o IE en lugar de mg/kg o ppm.
Espero que os sirva para comprender mejor la alimentación, y si os surgen dudas o comentarios, estaremos encantados de responderlos.
Cómo diferenciar los cometas y los kois
A la hora de elegir peces para estanque podemos escoger, fundamentalmente entre 2 especies: el Carassius auratus (en adelante cometa o carpa) y el Cyprinus carpio (en adelante koi)
Si tenemos un estanque pequeño y/o de reducidas dimensiones (por debajo de 1000 litros), y sobre todo si nuestra filtración no es muy potente, elegiremos cometas (o sarasas, o shubunkin) porque no crecen ni ensucian tanto. Aún así esperaremos un tamaño adulto de unos 20 cm como mínimo sin contar la cola. Si por el contrario nuestro estanque es grande y la filtración bien dimensionada, o sobredimensionada, podremos elegir los kois, que alcanzan casi el metro de longitud, y además producen bastantes más desechos que los cometas en proporción.
Para que este post sea corto y entretenido no entraré en más características como alimentación, reproducción, compatibildad con plantas u otros peces, o las temperaturas que aguantan cada uno. Me ceñiré a daros unas sencillas claves para saber si lo que estamos comprando son cometas o son kois.
Los "bigotes"
Lo primero en lo que nos vamos a fijar es en si el pez tiene unos bigotitos a los lados de la boca, como dos pelos cortos, llamados barbillones. Hay que ser paciente a veces porque los pueden tener recogidos y no se ven. Si tienen "bigotes", es un koi. Si no tienen bigotes, es un cometa.
COMETA
KOI
La cabeza
La forma de la cabeza y la boca son distintos en kois y cometas. En los primeros la zona que sería nuestra frente es más recta, forma un pequeño ángulo con respecto a lo que sería la parte de atrás de la cabeza, y la boca está ligeramente orientada hacia abajo. En los cometas, sin embargo, lo que sería la frente es algo más curvada, casi como si siguiera la misma línea curva del resto del cuerpo, y la boca apunta mayormente hacia el frente del animal, no tan hacia abajo como en los kois.
Las escamas
La mayor parte de las veces las escamas en los kois son más grandes, más anchas, y a veces con un tono metálico. En los cometas las escamas son más pequeñas y uniformes, más parecidas a los peces que estamos acostumbrados a ver y a comer.
El colorido
Los cometas que encontramos en los comercios son de 4 colores básicos (blanco, naranja, negro, amarillo) y en tonos definidos pero no demasiado intensos. Así encontramos cometa rojo o naranja, cometa amarillo, cometa negro, shubunkin (cometa de colores blanco, naranja y negro mezclados) y sarasas (cometas de aletas largas y generalmente de color naranja y blanco).
Los kois en cambio tienen esos mismos colores pero mucho más intensos, como dije más arriba pueden tener un acabado metálico, y aunque los hay solo amarillos o solo blancos, los más elegidos - según experiencia propia - son los blancos y rojos (aquí sí es un tono más rojo que naranja) y los blancos, rojos y negros.
Todo esto es una pequeña orientación para poder diferenciarlos. Espero que os haya servido de ayuda
Cómo montar el acuario. Pasos.
En esta publicación no encontraremos cómo construir un acuario sino cómo y dónde colocarlo, qué introducir, cómo y cuándo una vez que está colocado, etc.
En primer lugar, antes de comprar el acuario, o en su defecto cuando lo hemos comprado y llevado a casa, debemos pensar dónde colocar el acuario. Seguramente ya tenemos una idea de dónde lo queremos poner, pero aún así hay varias cosas a tener en cuenta:
- Escoger de antemano el sitio definitivo del acuario. Cambiarlo de sitio una vez montado es difícil y peligroso para el propio acuario, más cuánto más grande es. Los acuarios pequeños se podrían mover algo mejor, por cuestiones de peso, pero tampoco es recomendable porque el cristal de la base se puede romper por diferencia de presiones por la grava y/o el agua que hay por encima; al manipularlo además podríamos darle algún golpe accidentalmente.
- El acuario debe apoyar completamente sobre la superficie que hayamos escogido para ponerlo, no puede "volar" parte de él. La diferencia de presiones en los distintos puntos del acuario que están o no apoyados hace que el cristal de abajo sufra y tenga muchas más posibilidades de romperse. Y no queremos 30, 60, 100 o más litros de agua por el suelo de nuestra vivienda ¿verdad?
- Es bastante aconsejable colocar algún material entre el acuario y el mueble/superficie en la que se apoye. Puede ser corcho normal, corcho blanco o unas planchas de material parecido a las esterillas de yoga, o las de acampada que se colocan bajo el saco de dormir, como un neopreno o similar. Esto estabilizará y asentará mucho mejor el acuario y equilibrará las presiones.
- Es fundamental que la superficie en la que vaya colocado debe estar bien nivelada.
- En cuanto a la situación del acuario dentro de la habitación, conviene que no sea cerca de un radiador, pues nos será más difícil controlar la temperatura; tampoco en un sitio de paso, puede suponer mucho estrés para los peces ver pasar continuamente sombras que no reconocen o tener ruidos inesperados, niños que golpean el cristal, y otros. Debería estar alejado de aparatos electrónicos, especialmente si el acuario está abierto (sin tapa) porque produce bastante condensación especialmente en verano, y la humedad no les beneficiaría nada. Mejor que esté alejado de ventanas u otras zonas que proporcionen luz directa. Toda iluminación que no podamos controlar (es decir, de la que no sepamos la intensidad o las horas de luz que va a dar a nuestro acuario) suele acabar en un acuario verde, pero de algas, no de plantas.
- A efectos prácticos, lo colocaremos en un lugar donde lo vayamos a disfrutar - no en una habitación donde no pasemos nunca -, que tenga enchufes cerca (se necesita un mínimo de 3) y con un grifo u otra fuente de agua accesible, para que los cambios de agua nos resulten menos engorrosos.
Ahora que sabemos dónde lo vamos a poner, empezamos el montaje. (Próximamente con ilustraciones)
Antes de nada, el acuario debe estar bien limpio. Podemos lavarlo simplemente con agua abundante. Si tiene algún resto que no salga con facilidad, se puede usar vinagre, o como mucho algo de lejía diluída en agua siempre que al final enjuaguemos bien todo. No recomiendo el uso de jabones o detergentes ni ningún otro tipo de productos químicos que puedan quedar en el acuario cuando lo llenemos de agua. Siempre hay que asegurarse muy bien de que lo aclaramos bien y no hay ningún tipo de sustancia nociva, que no huele a nada.
También es el momento de poner el fondo decorativo. A menos que sea un fondo para el interior del acuario, éste se coloca en la parte de atrás. Lo más habitual es que se trate de un vinilo o una cartulina; lo colocaremos siempre por la parte de fuera, con un poco de celo, agua jabonosa o productos comerciales específicos para ello (muy fáciles de usar y que después no dejan residuos cuando se quitan). Asímismo se podría pintar en este momento la parte de atrás del acuario si no se quiere usar un fondo de vinilo o similar, con una pintura acrílica. Normalmente el acuario queda lo suficientemente pegado por la parte de atrás a la pared como para que resulte difícil poner el fondo después y no suele quedar tan bien así que recomiendo dejar hecho este paso antes de llenarlo definitivamente.
Otra recomendación es revisar que el acuario no tenga ninguna grieta, por pequeña que sea, por donde pueda romperse un cristal (puede tener rayaduras si el acuario es de segunda mano pero nunca deberán ser suficientemente profundas para que nos cause un problema al llenarlo ) o fallos en el siliconado de las juntas.
A continuación, con el acuario preparado y limpio, procedemos a colocarlo en el lugar deseado, con su correspondiente aislante entre acuario y mueble/superficie.
Debemos lavar la grava - es lo general, a no ser que el fabricante lo especifique en el envase. Simplemente del transporte, aunque viniese limpia y lavada, la fricción de unos granos con otros suele producir un polvillo que luego puede pasar al agua y dejarla turbia. Así nos anticipamos al problema. Si vamos a poner sustrato nutritivo debajo, éste no requerirá lavado. Pondremos el sustrato debajo y la grava encima. Para evitar que por el frente o los costados se vea la diferencia entre los 2 materiales, que serán casi seguro de distinto color y granulometría (tamaño de grano), dejaremos aproximadamente un dedo de grosor sin sutrato nutritivo, desde el cristal hacia dentro, tanto en los laterales como en el frente, y si lo deseamos también por atrás, aunque normalmente esta zona no se va a ver y será donde se acumule la mayor densidad de plantas. Si el acuario estuviese visto por los 4 lados sí que habría que dejar este "cordón de seguridad" sin sustrato en la parte trasera. Rellenaremos con grava estos pequeños surcos que hemos dejado entre el cristal y el sustrato y luego continuaremos rellenando con la misma por encima del sustrato nutritivo. Recuerda: el sustrato tal y cual, y la grava bien lavada.
Un pequeño truco para que el suelo del acuario no se vea tan plano y monótono es dejar menos centímetros de grava delante y "acumular" más por atrás, de forma que haya una pequeña pendiente. Le dará profundidad visualmente y tendremos el mayor grosor de grava+sustrato en la parte donde seguramente coloquemos más cantidad de planta natural.
A continuación llenamos el acuario con agua. Para no alterar la grava y/o el sustrato de debajo, nos serviremos de un plato o algún otro recipiente plano, o nos podemos ayudar de otra persona y que ésta ponga la mano para que amortigüe la caída del agua. Colocamos el plato o recipiente sobre la superficie de la grava y dejamos caer en él el agua del cubo/manguera/jarra con cuidado para que no se remueva nada. Cuando ya hayamos llenado aproximadamente la mitad del acuario podemos prescindir del plato y seguir llenando normalmente, aunque con suavidad, si bien yo recomiendo dejarlo hasta el final y retirarlo suavemente cuando el acuario esté lleno.
El agua que utilizaremos puede ser del grifo, de pozo, mineral, de ósmosis... dependiendo de nuestras necesidades y disponibilidad. No olvideis de que, siempre que useis agua del grifo, debeis añadir anticloro/acondicionador en la dosis que indique el fabricante. Suele venir indicado en mililitros/litro, o gotas/litro, dependiendo de la concentración de cada uno. En este primer momento no es importante la temperatura a la que esté el agua aunque sí habrá que tenerlo en cuenta cuando sus habitantes estén ya dentro.
En este momento, o antes del llenado, podemos plantar (cuando sea planta natural el agua sí deberá estar a temperatura adecuada) o añadir decoración (troncos, rocas, etc.).
Entramos ahora en la parte más técnica, aunque no por ello más complicada. Hay que colocar los siguientes aparatos:
El filtro
Es lo más importante de nuestro acuario.
Si nuestro filtro es interno solamente tendremos que meterlo dentro del acuario, sacar el cable por alguna ranura en la tapa (suele venir recortada en los kits de acuario comerciales) y enchufar. Es posible que al princpio le cueste "arrancar", o que haga ruido o que eche muchísimas burbujas; esto es porque la esponja y demás material filtrante aún no están saturados de agua, tiene que empaparse, y porque el rotor, que es la parte del filtro que impulsa el agua, puede estar algo atascado si lleva mucho tiempo parado desde su fabricación. Déjalo funcionar unos minutos, o desechufa y vuelve a enchufar un par de veces y el problema se solucionará por sí mismo.
Si el filtro es de mochila o cascada, lo colocaremos sobre el borde del acuario como nos indiquen las instrucciones y seguramente tendremos que cebarlo. ¿Esto qué significa? Que hay que darle un pequeño empujón - no literal - para que la bomba sea capaz de subir el agua a través del tubo de absorción. Asegúrate primero de que el nivel del acuario llega al mínimo que indique el fabricante; cuanto más bajo esté más le costará a la bomba del filtro tomar el agua del acuario. Si el nivel es correcto, añade con una jarra u otro recipiente similar un poco de agua en la cubeta del filtro. Verás que el agua empieza a subir poco a poco por el tubo hacia el filtro y la bomba expulsa las burbujas de aire que anteriormente estaban dentro de éste, hasta que conseguimos que el agua salga de forma regular por la cascada.
Si el filtro es externo, colocaremos en nuestro acuario los tubos de aspiración y expulsión nuevamente como nos indique el fabricante en las instrucciones. Ten en cuenta que la práctica totalidad de los filtros externos están diseñados para trabajar por debajo del nivel de agua del acuario con el fin de aprovechar la fuerza de caída del agua y no hacer trabajar tanto a la bomba. Por este motivo deberemos saber antes de nada dónde va a ir colocado el filtro, para calcular la longitud de las mangueras de subida y bajada de agua, así como para saber por dónde pasarán los tubos (muchos de los muebles de acuario llevan en la parte posterior una parte perforada para ello). Y también por este motivo tendremos problemas para hacerlo funcionar al mismo nivel del acuario. Los filtros externos también necesitarán cebado, es decir, tendremos que conseguir que el tubo de aspiración se llene de agua por primera vez, así que si éste no es automático - muchos filtros de última generación lo tienen - tendremos que recurrir a nuestros pulmones (aspirar o soplar por el tubo de salida del agua, jugando con las presiones) o bien rellenar manualmente el tubo de entrada con una jarra lo máximo que podamos antes de meter de nuevo esta parte en el acuario. Para facilitarnos las cosas, llenaremos primeramente de agua la cubeta del filtro, por completo. Una vez lleno y cebado lo conectamos a la electricidad, no antes. Si hacemos a la bomba trabajar en seco lo más seguro es que se estropee antes de tiempo y no lo cubra la garantía. Veremos salir las primeras burbujas y poco a poco saldrá el chorro de agua.
La iluminación
Generalmente viene ya instalada de fábrica así que no entraremos de momento en este tema. Sólo indicar que mientras el acuario está ciclando no es necesaria la luz. Si metemos plantas naturales sí deberemos ponerla; 8 horas al día serán suficientes. Es indiferente la franja horaria en que se encienda la luz, pero las 8 horas de luz deben de ser seguidas. Si solamente tenemos peces, con encenderlo el ratito que estemos en casa para poder verlos será suficiente. Los peces ajustan sus ciclos día/noche con la claridad que vean de las ventanas, y nos evitaremos una invasión de algas.
El termocalentador
En esta entrada del blog, quedó bastante bien explicado el tema. Recordamos entonces solo 3 puntos básicos:
1.- Mientras no haya plantas naturales o peces en el acuario no es necesario encenderlo/enchufarlo.
2.- Habrá que ponerlo unas 24-48 horas antes de introducir cualquiera de ellos ya que le lleva un tiempo calentar según la cantidad de agua y la diferencia de temperatura con el ambiente que tenga que modificar. Y principalmente porque habrá que calibrarlo, usando un termómetro que nos indique la temperatura exacta que nos está dando y ajustando de nuevo la tempratura al valor que queremos conseguir antes de que lleguen los primeros habitantes
3.- Cuidado con la electricidad y el agua. Con el termocalentador conviene tener cuidado y secarse bien las manos antes de enchufarlo; desenchufarlo con un tiempo prudencial antes de sacarlo del acuario o de hacer un cambio de agua porque se puede romper y/o estallar por el exceso de temperatura de la resistencia y el cristal cuando está en funcionamiento; no tocar directamente con la mano la parte del cristal que recubre la resistencia; y comprobar de vez en cuando su correcto funcionamiento en previsión de roturas y derivaciones.
Una vez montado el acuario solo nos queda esperar a que madure/cicle, ir analizando parámetros para ver su progreso e ir eligiendo qué especies vamos a meter cuando esté listo. Feliz espera.
Aclimatar los peces en casa
¿Qué es aclimatar?
Aclimatar es adaptar a los peces (o invertebrados como gambas y caracoles) al nuevo acuario. Cuando los cogemos en la tienda, o nos los regala un amigo, o simplemente hay que cambiarlos de un acuario a otro, los peces traen unas condiciones de agua en origen que por lo general no van a ser iguales que las que tenemos en nuestro acuario. Para que no les pase nada, ya que un cambio de pH o temperatura muy brusco puede llegar a matarlos, es muy recomendable hacer esta adaptación poco a poco.
Desde que tenemos la bolsa en nuestras manos podemos hacer ya algo para que los peces lleguen mejor:
- Podemos pedir, si no lo han hecho así, que nos pongan aproximadamente dos tercios de aire por cada tercio de agua en la bolsa de transporte.
- Si llevamos peces agresivos o susceptibles de pelearse en el trayecto podemos pedir que los separen, o que metan en la bolsa algún elemento de distracción como puede ser unos trozos de plástico o algún tallo de alguna planta.
- En caso de llevar peces que tengan espinas rígidas que nos puedan pinchar la bolsa es conveniente que la pongan doble.
- Tenemos que intentar mantener la temperatura del agua durante el trayecto hasta el nuevo acuario. Podemos aislarlo con algún material que tengamos o nos proporcionen, como papel de periódico o algún plástico. Esto además hará que el animal vaya a oscuras con lo que irá más tranquilo, si no entra en fase de reposo como el sueño.
- Dependiendo de la cantidad de peces que hayan metido, su tamaño y la relación agua/aire que lleven los peces aguantarán en la bolsa de media hora a unas 2 horas. Debemos procurar ir directamente a nuestro domicilio, o el lugar donde esté el acuario al que van destinados los peces nuevos.
Durante el tiempo en que los peces estén en la bolsa, irán consumiendo oxígeno con la respiración. El aumento de CO2, como ya hemos visto en otros posts, hace que baje el pH del agua. Además, si han comido ese día, es muy probable que defequen, lo que generará amoníaco, y puede también contribuir a que baje el pH. La calidad de agua dentro de la bolsa se deteriorará con cada minuto que nos retrasemos.
Otro aspecto recomendable es hacer la aclimatación a oscuras, es decir, con la luz del acuario apagada. Así estarán tranquilos tanto los peces que llegan nuevos como los que ya tengamos dentro del acuario.
Una vez que llegamos al acuario de destino, lo primero es igualar la temperatura. Para ello dejamos la bolsa flotando en el agua del acuario, sin abrir, a no ser que veamos a los peces boqueando, señal de que ya les faltaría oxígeno y lo primordial sería proporcionárselo. Notmalmente con unos 15-20 minutos es suficiente para que la temperatura del agua de la bolsa y la de nuestro acuario se iguale.
A continuación vamos a tratar de igualar el resto de parámetros del agua: pH, dureza y otros.
Abrimos la bolsa y, o bien enrollamos el borde de la misma como hacemos con las mangas de una camiseta para que forme una especie de flotador que mantenga la bolsa vertical, o bien la sujetamos al borde del acuario con una pinza para que no se vaya para el fondo. Con una jarra, vaso u otro recipiente similar, tomamos agua de nuestro acuario y la echamos dentro de la bolsa, muy poca cantidad. Cuanto más despacio y con más cuidado lo hagamos mejor. Incluso si lo hacemos con una jeringuilla o algo parecido para que la cantidad de agua se menor, sería una buena opción.Esto hay que repetirlo en intervalos de 5 minutos, dejando reponsar y mezclar el agua mientras tanto, hasta que tengamos como mínimo en la bolsa el doble de agua de la que llevábamos de origen.
La opción que a mí me parece óptima es mediante un goteo. En este caso pondría tanto el agua como los peces en un cubo, barreño o similar, bien limpio y enjuagado, desechando la bolsa. Después tomamos un macarrón de los de aireador o cualquier otro tubo de ese calibre y hacemos que el agua caiga de nuestro acuario al recipiente que habremos colocado en el suelo, o al menos por debajo de la altura de la base del acuario. Para que caiga gota a gota, y de manera totalmente artesanal, podemos emplear pinzas de la ropa para pinzar el tubo. También podemos encontrar, en tiendas especializadas, estranguladores, o llaves de paso, que harán la misma función. La idea es que mediante un goteo lento y constante se vaya aportando agua de nuestro acuario a la que traen los peces de origen (tienda, otro acuario...). Así el cambio sería totalmente progresivo, muy suave y totalmente beneficioso para los recién llegados. En este caso recomiendo vigilar de cerca la temperatura o directamente poner un pequeño (termo-)calentador de unos 20-25W para evitar que ésta caiga durante el proceso.
Tras el proceso de mezcla de aguas, cogemos los peces con una red, los echamos al acuario y tiramos el agua procedente de la aclimatación.
Algunas puntualizaciones:
Siempre hemos hablado de peces. En el caso de los invertebrados, sobre todo de las gambas, al ser más sensibles a los cambios de pH y dureza sobre todo, tenemos que ir con más cuidado y hacer la aclimatación aún más lenta. En este caso debemos comprobar que la gamba no viene mudando o que empieza la muda con la aclimatación porque el resultado será posiblente negativo.
Si vemos alevines en la bolsa, también debemos proceder con más cautela. No es raro que una hembra de vivíparo (platys, guppies, xifos, mollys) pueda parir durante el trayecto por el estrés, o que una gamba libere las minigambitas que lleva protegidas entre los pleópodos (patas traseras, del abdomen, en forma de pala).
También debemos llevar más cuidado si aclimatamos peces gato o con escamas diferentes: ancistrus, plecostomus, sturisomas, loricarias, botias, khulis, otocinclus, corydoras... Igualmente son más sensibles a las variaciones de pH.
El tiempo total de la aclimatación puede variar desde una media hora hasta un par de horas incluso. Dependerá del método que usemos, la cantidad de peces y su estado, de si se trata de peces o invertebrados, y de nuestro propio criterio.
El aireador, compresor o bomba de aire
Empiezo con este post una serie de publicaciones más prácticas que las anteriores, para dar respuesta a algunas de las preguntas que más frecuentemente me encuentro en el día a día.
¿Qué es un aireador?
Con este nombre o con alguno de los anteriores que aparecen en el título nombramos al aparato que produce aire mediante vibración de una membrana y que nos permite llevar este aire al acuario para:
1.- Mover el agua
2.- Romper la capa superficial del agua que está en contacto con el aire que hay inmediatamente por encima, y con esto...
3.- Aumentar el aporte de oxígeno al agua
¿Esto cómo se consigue?
De forma breve explicaré que, por motivos en los que no vamos a entrar, el agua tiene gran afinidad por el oxígeno. Es decir, "le gusta mucho" y en presencia de oxígeno (O2) y dióxido de carbono (CO2) siempre tenderá a coger oxígeno y soltar CO2. De forma contraria, el aire tiene más afinidad por el CO2; y por tanto en abundancia de uno u otro siempre tenderá a "dar" oxígeno y "tomar" dióxido de carbono.Esto nos lleva al siguiente punto. De forma natural, en un acuario que hay peces, sobre todo si hay más que plantas o si éstas directamente están ausentes, tenderá a haber más dióxido de carbono, resultante de la respiración de los peces que es como la nuestra: toman oxígeno, expulsan CO2, y este queda en el agua. Si la comunicación entre agua y aire es buena, el CO2 tenderá a escapar y el oxígeno a entrar en el agua con lo que no habrá problema de suministro de oxígeno. PERO si por cualquier causa esta barrera está bloqueada, éste intercambio no se podrá dar, el CO2 se acumulará en el agua y finalmente puede que haya tanto que los peces, literalmente, se asfixien.
¿Por qué puede suceder este fenómeno y en qué momento se da? Es muy habitual cuando tenemos poco o nulo movimiento en superficie. Es aquí cuando podemos ver una capa o película de aspecto grasiento en la superficie del agua de nuestro acuario. Está formada sobre todo por proteínas procedentes de los restos de comida y otros procesos biológicos. Esta capa hace efectivamente de barrera entre el agua y el aire impidiendo que salga el CO2 del agua y que entre el oxígeno desde el aire.
¿Cómo evitarlo? Principalmente de dos formas: con un aireador, que es el tema de este artículo, o con la salida de agua del filtro. La primera opción es la que ya hemos explicado. La segunda consigue el mismo efecto pero sin burbujas. Si conseguimos que en la superficie se formen ondas o pequeñas olas según sale el agua del filtro - interno o externo - ahí estamos propiciando el intercambio de gases. Si lo que tenemos es un filtro de mochila, el efecto es muy parecido al del aireador ya que la cascada está continuamente rompiendo la superficie agua-aire facilitando el intercambio de gases entre éstas.
¿Dónde se coloca el aireador? ¿Cómo produce la cortina de burbujas?
El aireador en sí es el compresor, la bomba de aire. Es un aparato que se enchufa a la red eléctrica y que debe estar SIEMPRE fuera del acuario. No va nunca dentro del acuario como el filtro o el calentador.
En cuanto a su posición con respecto al acuario, siempre es mejor colocarlo por encima, y en el caso que deba ir por debajo es mejor que esté lo menos alejado posible del borde del acuario ya que cuanta más distancia de tubo tenga que recorrer el aire hasta llegar al difusor, más fuerza perderá, obtendremos menos caudal de aire, y también se acortará la vida media de la bomba.
Del aireador obtenemos normalmente 1 ó 2 salidas de aire - los hay de más - a las que conectaremos un tubo o macarrón que suele tener un grosor estándar de 4/6 (4 milímetros interior, 6 milímetros exterior) y que a su vez va unido a un difusor; éste puede ser desde una piedra cilíndrica o con otras formas, tipo piedra pómez con poros muy finos que son los que dejan salir el aire, a un trozo de madera también con poros, hasta un tubo de plástico, goma o caucho perforado o una "figurita de acción" (no son de mi estilo pero haberlas haylas).
Encuentro interesante, o más que eso casi indispensable, el uso de una válvula antirretorno en el tubo/macarrón. Es un cilindro de plástico que en su interior tiene un mecanismo muy simple que deja pasar el aire en un sentido pero no en el otro. Impide el retorno del aire en dirección opuesta. Es una piececita que no cuesta mucho más de un euro y que nos puede evitar una pequeña-gran catástrofe en un futuro. Me explico: cuando el aireador mete aire en el acuario ejerce una presión sobre el agua que, en caso de que en algún momento se fuese la luz en casa o desenchufásemos el aireador sin darnos cuenta y éste dejase de funcinonar, ejercería una fuerza en sentido contrario arrastrando con ella el agua fuera del acuario. ¡Adios parquet!
¿Es necesario tener aireador? ¿Tiene que estar siempre enchufado?
He aquí la pregunta estrella.
La respuesta es NO. No es necesario tener aireador. Y si se tiene, no hace falta tenerlo siempre enchufado. Aunque por supuesto si se quiere poner como parte de la decoración del acuario porque nos gusta ver la cortina de burbujas saliendo del difusor, su uso queda con ello justificado.
Yo recomiendo tener aireador, aunque no esté conectado habitualmente, para dos casos concretos (seguramente hay más pero para mí éstos son los principales):
- En verano. Cuando la temperatura de nuestro acuario sube porque, aún estando el calentador desconectado, la temperatura ambiente es tan alta que sube hasta los 30 o 32ºC (hablo de la zona centro de la Península Ibérica; obviamente en el resto del territorio español o en el extranjero las condiciones serán diferentes según el clima), el aireador es una gran ayuda porque a) aumenta la concentración de oxígeno en el agua, que con esas temperaturas suele disminuir bastante y b) con el movimiento del agua aumenta la evaporación y con ello podremos bajar algún grado la temperatura de la misma. Veremos en otras publicaciones ésta y otras maneras de bajar la temperatura del agua del acuario.
- Para los acuarios de cuarentena/enfermería o en cualquier momento que tengamos que medicar a un pez enfermo. Cuando un pez está enfermo y necesita tratamiento, ya sea en una urna aparte o sea en el propio acuario porque haya más peces infectados, suele estar más débil que de costumbre, con las defensas bajas, y puede costarle más trabajo respirar. También los medicamentos pueden producirle o agravarle este efecto. Para ayudarle en su recuperación y que las energías que tenga las dedique a curarse y no a seguir sobreviviendo es muy bueno ponerle un aireador. Es como si le colocáramos una mascara de oxígeno.
También podemos plantearnos si es bueno o malo tener aireador en un acuario plantado.
Es importante tener en cuenta que el proceso mayoritario y de más peso en una planta es la fotosíntesis, mediante el cual toma CO2 y lo utiliza para sintetizar o producir compuesto orgánicos que son su comida, produciendo como "desecho" oxígeno que libera a la atmósfera en el caso de las plantas terrestres y al agua en el caso de las plantas acuáticas.
Cuando ponemos un aireador, según lo que ya hemos visto, estamos facilitando que el CO2 se escape del agua al aire y que entre al agua. No tendría entonces sentido ponerlo en un acuario muy plantado, con una gran demanda de CO2. Ni que decir tiene cuando lo estamos inyectando de forma externa con un sistema de CO2 ya sea de presión o no. Estaríamos perdiendo con el aireador lo que metemos por otro lado con el equipo de CO2. Tampoco en uno poco o medianamente plantado si vemos que las plantas frenan su crecimiento - que puede ser debido a muchos factores pero éste es uno de ellos.
Un último aspecto a tener en cuenta es el efecto de la cantidad de O2/CO2 presente en el agua en el pH del acuario.
Por reacciones químicas entre el CO2, el agua, el oxígeno, y algún otro compuesto de carbono de los presentes en el acuario, cuando aumenta la cantidad de CO2 en el agua (si lo añadimos nosotros, si tenemos superpoblación de peces y pocas plantas) el pH irá bajando; en función de la dureza de carbonatos (kH) bajará más o menos. Y por el mismo motivo pero a la inversa, al aumentar el oxígeno en el acuario (muchas plantas realizando la fotosíontesis, el uso del aireador) el pH subirá. Como subir el pH es más difícil que bajarlo normalmente no llegará a niveles peligrosos, como ocurriría con el primer proceso, y sí que puede ser un buen aliado en algunos casos (muy útil en marino).
Creo que con esta publicación quedan aclarados todos los puntos concernientes al uso del aireador en el acuario, pero si se os ocurren más no dudéis en poneros en contacto conmigo por si puedo ayudaros a solucionarlas.