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Cómo montar el acuario. Pasos.
En esta publicación no encontraremos cómo construir un acuario sino cómo y dónde colocarlo, qué introducir, cómo y cuándo una vez que está colocado, etc.
En primer lugar, antes de comprar el acuario, o en su defecto cuando lo hemos comprado y llevado a casa, debemos pensar dónde colocar el acuario. Seguramente ya tenemos una idea de dónde lo queremos poner, pero aún así hay varias cosas a tener en cuenta:
- Escoger de antemano el sitio definitivo del acuario. Cambiarlo de sitio una vez montado es difícil y peligroso para el propio acuario, más cuánto más grande es. Los acuarios pequeños se podrían mover algo mejor, por cuestiones de peso, pero tampoco es recomendable porque el cristal de la base se puede romper por diferencia de presiones por la grava y/o el agua que hay por encima; al manipularlo además podríamos darle algún golpe accidentalmente.
- El acuario debe apoyar completamente sobre la superficie que hayamos escogido para ponerlo, no puede "volar" parte de él. La diferencia de presiones en los distintos puntos del acuario que están o no apoyados hace que el cristal de abajo sufra y tenga muchas más posibilidades de romperse. Y no queremos 30, 60, 100 o más litros de agua por el suelo de nuestra vivienda ¿verdad?
- Es bastante aconsejable colocar algún material entre el acuario y el mueble/superficie en la que se apoye. Puede ser corcho normal, corcho blanco o unas planchas de material parecido a las esterillas de yoga, o las de acampada que se colocan bajo el saco de dormir, como un neopreno o similar. Esto estabilizará y asentará mucho mejor el acuario y equilibrará las presiones.
- Es fundamental que la superficie en la que vaya colocado debe estar bien nivelada.
- En cuanto a la situación del acuario dentro de la habitación, conviene que no sea cerca de un radiador, pues nos será más difícil controlar la temperatura; tampoco en un sitio de paso, puede suponer mucho estrés para los peces ver pasar continuamente sombras que no reconocen o tener ruidos inesperados, niños que golpean el cristal, y otros. Debería estar alejado de aparatos electrónicos, especialmente si el acuario está abierto (sin tapa) porque produce bastante condensación especialmente en verano, y la humedad no les beneficiaría nada. Mejor que esté alejado de ventanas u otras zonas que proporcionen luz directa. Toda iluminación que no podamos controlar (es decir, de la que no sepamos la intensidad o las horas de luz que va a dar a nuestro acuario) suele acabar en un acuario verde, pero de algas, no de plantas.
- A efectos prácticos, lo colocaremos en un lugar donde lo vayamos a disfrutar - no en una habitación donde no pasemos nunca -, que tenga enchufes cerca (se necesita un mínimo de 3) y con un grifo u otra fuente de agua accesible, para que los cambios de agua nos resulten menos engorrosos.
Ahora que sabemos dónde lo vamos a poner, empezamos el montaje. (Próximamente con ilustraciones)
Antes de nada, el acuario debe estar bien limpio. Podemos lavarlo simplemente con agua abundante. Si tiene algún resto que no salga con facilidad, se puede usar vinagre, o como mucho algo de lejía diluída en agua siempre que al final enjuaguemos bien todo. No recomiendo el uso de jabones o detergentes ni ningún otro tipo de productos químicos que puedan quedar en el acuario cuando lo llenemos de agua. Siempre hay que asegurarse muy bien de que lo aclaramos bien y no hay ningún tipo de sustancia nociva, que no huele a nada.
También es el momento de poner el fondo decorativo. A menos que sea un fondo para el interior del acuario, éste se coloca en la parte de atrás. Lo más habitual es que se trate de un vinilo o una cartulina; lo colocaremos siempre por la parte de fuera, con un poco de celo, agua jabonosa o productos comerciales específicos para ello (muy fáciles de usar y que después no dejan residuos cuando se quitan). Asímismo se podría pintar en este momento la parte de atrás del acuario si no se quiere usar un fondo de vinilo o similar, con una pintura acrílica. Normalmente el acuario queda lo suficientemente pegado por la parte de atrás a la pared como para que resulte difícil poner el fondo después y no suele quedar tan bien así que recomiendo dejar hecho este paso antes de llenarlo definitivamente.
Otra recomendación es revisar que el acuario no tenga ninguna grieta, por pequeña que sea, por donde pueda romperse un cristal (puede tener rayaduras si el acuario es de segunda mano pero nunca deberán ser suficientemente profundas para que nos cause un problema al llenarlo ) o fallos en el siliconado de las juntas.
A continuación, con el acuario preparado y limpio, procedemos a colocarlo en el lugar deseado, con su correspondiente aislante entre acuario y mueble/superficie.
Debemos lavar la grava - es lo general, a no ser que el fabricante lo especifique en el envase. Simplemente del transporte, aunque viniese limpia y lavada, la fricción de unos granos con otros suele producir un polvillo que luego puede pasar al agua y dejarla turbia. Así nos anticipamos al problema. Si vamos a poner sustrato nutritivo debajo, éste no requerirá lavado. Pondremos el sustrato debajo y la grava encima. Para evitar que por el frente o los costados se vea la diferencia entre los 2 materiales, que serán casi seguro de distinto color y granulometría (tamaño de grano), dejaremos aproximadamente un dedo de grosor sin sutrato nutritivo, desde el cristal hacia dentro, tanto en los laterales como en el frente, y si lo deseamos también por atrás, aunque normalmente esta zona no se va a ver y será donde se acumule la mayor densidad de plantas. Si el acuario estuviese visto por los 4 lados sí que habría que dejar este "cordón de seguridad" sin sustrato en la parte trasera. Rellenaremos con grava estos pequeños surcos que hemos dejado entre el cristal y el sustrato y luego continuaremos rellenando con la misma por encima del sustrato nutritivo. Recuerda: el sustrato tal y cual, y la grava bien lavada.
Un pequeño truco para que el suelo del acuario no se vea tan plano y monótono es dejar menos centímetros de grava delante y "acumular" más por atrás, de forma que haya una pequeña pendiente. Le dará profundidad visualmente y tendremos el mayor grosor de grava+sustrato en la parte donde seguramente coloquemos más cantidad de planta natural.
A continuación llenamos el acuario con agua. Para no alterar la grava y/o el sustrato de debajo, nos serviremos de un plato o algún otro recipiente plano, o nos podemos ayudar de otra persona y que ésta ponga la mano para que amortigüe la caída del agua. Colocamos el plato o recipiente sobre la superficie de la grava y dejamos caer en él el agua del cubo/manguera/jarra con cuidado para que no se remueva nada. Cuando ya hayamos llenado aproximadamente la mitad del acuario podemos prescindir del plato y seguir llenando normalmente, aunque con suavidad, si bien yo recomiendo dejarlo hasta el final y retirarlo suavemente cuando el acuario esté lleno.
El agua que utilizaremos puede ser del grifo, de pozo, mineral, de ósmosis... dependiendo de nuestras necesidades y disponibilidad. No olvideis de que, siempre que useis agua del grifo, debeis añadir anticloro/acondicionador en la dosis que indique el fabricante. Suele venir indicado en mililitros/litro, o gotas/litro, dependiendo de la concentración de cada uno. En este primer momento no es importante la temperatura a la que esté el agua aunque sí habrá que tenerlo en cuenta cuando sus habitantes estén ya dentro.
En este momento, o antes del llenado, podemos plantar (cuando sea planta natural el agua sí deberá estar a temperatura adecuada) o añadir decoración (troncos, rocas, etc.).
Entramos ahora en la parte más técnica, aunque no por ello más complicada. Hay que colocar los siguientes aparatos:
El filtro
Es lo más importante de nuestro acuario.
Si nuestro filtro es interno solamente tendremos que meterlo dentro del acuario, sacar el cable por alguna ranura en la tapa (suele venir recortada en los kits de acuario comerciales) y enchufar. Es posible que al princpio le cueste "arrancar", o que haga ruido o que eche muchísimas burbujas; esto es porque la esponja y demás material filtrante aún no están saturados de agua, tiene que empaparse, y porque el rotor, que es la parte del filtro que impulsa el agua, puede estar algo atascado si lleva mucho tiempo parado desde su fabricación. Déjalo funcionar unos minutos, o desechufa y vuelve a enchufar un par de veces y el problema se solucionará por sí mismo.
Si el filtro es de mochila o cascada, lo colocaremos sobre el borde del acuario como nos indiquen las instrucciones y seguramente tendremos que cebarlo. ¿Esto qué significa? Que hay que darle un pequeño empujón - no literal - para que la bomba sea capaz de subir el agua a través del tubo de absorción. Asegúrate primero de que el nivel del acuario llega al mínimo que indique el fabricante; cuanto más bajo esté más le costará a la bomba del filtro tomar el agua del acuario. Si el nivel es correcto, añade con una jarra u otro recipiente similar un poco de agua en la cubeta del filtro. Verás que el agua empieza a subir poco a poco por el tubo hacia el filtro y la bomba expulsa las burbujas de aire que anteriormente estaban dentro de éste, hasta que conseguimos que el agua salga de forma regular por la cascada.
Si el filtro es externo, colocaremos en nuestro acuario los tubos de aspiración y expulsión nuevamente como nos indique el fabricante en las instrucciones. Ten en cuenta que la práctica totalidad de los filtros externos están diseñados para trabajar por debajo del nivel de agua del acuario con el fin de aprovechar la fuerza de caída del agua y no hacer trabajar tanto a la bomba. Por este motivo deberemos saber antes de nada dónde va a ir colocado el filtro, para calcular la longitud de las mangueras de subida y bajada de agua, así como para saber por dónde pasarán los tubos (muchos de los muebles de acuario llevan en la parte posterior una parte perforada para ello). Y también por este motivo tendremos problemas para hacerlo funcionar al mismo nivel del acuario. Los filtros externos también necesitarán cebado, es decir, tendremos que conseguir que el tubo de aspiración se llene de agua por primera vez, así que si éste no es automático - muchos filtros de última generación lo tienen - tendremos que recurrir a nuestros pulmones (aspirar o soplar por el tubo de salida del agua, jugando con las presiones) o bien rellenar manualmente el tubo de entrada con una jarra lo máximo que podamos antes de meter de nuevo esta parte en el acuario. Para facilitarnos las cosas, llenaremos primeramente de agua la cubeta del filtro, por completo. Una vez lleno y cebado lo conectamos a la electricidad, no antes. Si hacemos a la bomba trabajar en seco lo más seguro es que se estropee antes de tiempo y no lo cubra la garantía. Veremos salir las primeras burbujas y poco a poco saldrá el chorro de agua.
La iluminación
Generalmente viene ya instalada de fábrica así que no entraremos de momento en este tema. Sólo indicar que mientras el acuario está ciclando no es necesaria la luz. Si metemos plantas naturales sí deberemos ponerla; 8 horas al día serán suficientes. Es indiferente la franja horaria en que se encienda la luz, pero las 8 horas de luz deben de ser seguidas. Si solamente tenemos peces, con encenderlo el ratito que estemos en casa para poder verlos será suficiente. Los peces ajustan sus ciclos día/noche con la claridad que vean de las ventanas, y nos evitaremos una invasión de algas.
El termocalentador
En esta entrada del blog, quedó bastante bien explicado el tema. Recordamos entonces solo 3 puntos básicos:
1.- Mientras no haya plantas naturales o peces en el acuario no es necesario encenderlo/enchufarlo.
2.- Habrá que ponerlo unas 24-48 horas antes de introducir cualquiera de ellos ya que le lleva un tiempo calentar según la cantidad de agua y la diferencia de temperatura con el ambiente que tenga que modificar. Y principalmente porque habrá que calibrarlo, usando un termómetro que nos indique la temperatura exacta que nos está dando y ajustando de nuevo la tempratura al valor que queremos conseguir antes de que lleguen los primeros habitantes
3.- Cuidado con la electricidad y el agua. Con el termocalentador conviene tener cuidado y secarse bien las manos antes de enchufarlo; desenchufarlo con un tiempo prudencial antes de sacarlo del acuario o de hacer un cambio de agua porque se puede romper y/o estallar por el exceso de temperatura de la resistencia y el cristal cuando está en funcionamiento; no tocar directamente con la mano la parte del cristal que recubre la resistencia; y comprobar de vez en cuando su correcto funcionamiento en previsión de roturas y derivaciones.
Una vez montado el acuario solo nos queda esperar a que madure/cicle, ir analizando parámetros para ver su progreso e ir eligiendo qué especies vamos a meter cuando esté listo. Feliz espera.