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Aclimatar los peces en casa
¿Qué es aclimatar?
Aclimatar es adaptar a los peces (o invertebrados como gambas y caracoles) al nuevo acuario. Cuando los cogemos en la tienda, o nos los regala un amigo, o simplemente hay que cambiarlos de un acuario a otro, los peces traen unas condiciones de agua en origen que por lo general no van a ser iguales que las que tenemos en nuestro acuario. Para que no les pase nada, ya que un cambio de pH o temperatura muy brusco puede llegar a matarlos, es muy recomendable hacer esta adaptación poco a poco.
Desde que tenemos la bolsa en nuestras manos podemos hacer ya algo para que los peces lleguen mejor:
- Podemos pedir, si no lo han hecho así, que nos pongan aproximadamente dos tercios de aire por cada tercio de agua en la bolsa de transporte.
- Si llevamos peces agresivos o susceptibles de pelearse en el trayecto podemos pedir que los separen, o que metan en la bolsa algún elemento de distracción como puede ser unos trozos de plástico o algún tallo de alguna planta.
- En caso de llevar peces que tengan espinas rígidas que nos puedan pinchar la bolsa es conveniente que la pongan doble.
- Tenemos que intentar mantener la temperatura del agua durante el trayecto hasta el nuevo acuario. Podemos aislarlo con algún material que tengamos o nos proporcionen, como papel de periódico o algún plástico. Esto además hará que el animal vaya a oscuras con lo que irá más tranquilo, si no entra en fase de reposo como el sueño.
- Dependiendo de la cantidad de peces que hayan metido, su tamaño y la relación agua/aire que lleven los peces aguantarán en la bolsa de media hora a unas 2 horas. Debemos procurar ir directamente a nuestro domicilio, o el lugar donde esté el acuario al que van destinados los peces nuevos.
Durante el tiempo en que los peces estén en la bolsa, irán consumiendo oxígeno con la respiración. El aumento de CO2, como ya hemos visto en otros posts, hace que baje el pH del agua. Además, si han comido ese día, es muy probable que defequen, lo que generará amoníaco, y puede también contribuir a que baje el pH. La calidad de agua dentro de la bolsa se deteriorará con cada minuto que nos retrasemos.
Otro aspecto recomendable es hacer la aclimatación a oscuras, es decir, con la luz del acuario apagada. Así estarán tranquilos tanto los peces que llegan nuevos como los que ya tengamos dentro del acuario.
Una vez que llegamos al acuario de destino, lo primero es igualar la temperatura. Para ello dejamos la bolsa flotando en el agua del acuario, sin abrir, a no ser que veamos a los peces boqueando, señal de que ya les faltaría oxígeno y lo primordial sería proporcionárselo. Notmalmente con unos 15-20 minutos es suficiente para que la temperatura del agua de la bolsa y la de nuestro acuario se iguale.
A continuación vamos a tratar de igualar el resto de parámetros del agua: pH, dureza y otros.
Abrimos la bolsa y, o bien enrollamos el borde de la misma como hacemos con las mangas de una camiseta para que forme una especie de flotador que mantenga la bolsa vertical, o bien la sujetamos al borde del acuario con una pinza para que no se vaya para el fondo. Con una jarra, vaso u otro recipiente similar, tomamos agua de nuestro acuario y la echamos dentro de la bolsa, muy poca cantidad. Cuanto más despacio y con más cuidado lo hagamos mejor. Incluso si lo hacemos con una jeringuilla o algo parecido para que la cantidad de agua se menor, sería una buena opción.Esto hay que repetirlo en intervalos de 5 minutos, dejando reponsar y mezclar el agua mientras tanto, hasta que tengamos como mínimo en la bolsa el doble de agua de la que llevábamos de origen.
La opción que a mí me parece óptima es mediante un goteo. En este caso pondría tanto el agua como los peces en un cubo, barreño o similar, bien limpio y enjuagado, desechando la bolsa. Después tomamos un macarrón de los de aireador o cualquier otro tubo de ese calibre y hacemos que el agua caiga de nuestro acuario al recipiente que habremos colocado en el suelo, o al menos por debajo de la altura de la base del acuario. Para que caiga gota a gota, y de manera totalmente artesanal, podemos emplear pinzas de la ropa para pinzar el tubo. También podemos encontrar, en tiendas especializadas, estranguladores, o llaves de paso, que harán la misma función. La idea es que mediante un goteo lento y constante se vaya aportando agua de nuestro acuario a la que traen los peces de origen (tienda, otro acuario...). Así el cambio sería totalmente progresivo, muy suave y totalmente beneficioso para los recién llegados. En este caso recomiendo vigilar de cerca la temperatura o directamente poner un pequeño (termo-)calentador de unos 20-25W para evitar que ésta caiga durante el proceso.
Tras el proceso de mezcla de aguas, cogemos los peces con una red, los echamos al acuario y tiramos el agua procedente de la aclimatación.
Algunas puntualizaciones:
Siempre hemos hablado de peces. En el caso de los invertebrados, sobre todo de las gambas, al ser más sensibles a los cambios de pH y dureza sobre todo, tenemos que ir con más cuidado y hacer la aclimatación aún más lenta. En este caso debemos comprobar que la gamba no viene mudando o que empieza la muda con la aclimatación porque el resultado será posiblente negativo.
Si vemos alevines en la bolsa, también debemos proceder con más cautela. No es raro que una hembra de vivíparo (platys, guppies, xifos, mollys) pueda parir durante el trayecto por el estrés, o que una gamba libere las minigambitas que lleva protegidas entre los pleópodos (patas traseras, del abdomen, en forma de pala).
También debemos llevar más cuidado si aclimatamos peces gato o con escamas diferentes: ancistrus, plecostomus, sturisomas, loricarias, botias, khulis, otocinclus, corydoras... Igualmente son más sensibles a las variaciones de pH.
El tiempo total de la aclimatación puede variar desde una media hora hasta un par de horas incluso. Dependerá del método que usemos, la cantidad de peces y su estado, de si se trata de peces o invertebrados, y de nuestro propio criterio.
El aireador, compresor o bomba de aire
Empiezo con este post una serie de publicaciones más prácticas que las anteriores, para dar respuesta a algunas de las preguntas que más frecuentemente me encuentro en el día a día.
¿Qué es un aireador?
Con este nombre o con alguno de los anteriores que aparecen en el título nombramos al aparato que produce aire mediante vibración de una membrana y que nos permite llevar este aire al acuario para:
1.- Mover el agua
2.- Romper la capa superficial del agua que está en contacto con el aire que hay inmediatamente por encima, y con esto...
3.- Aumentar el aporte de oxígeno al agua
¿Esto cómo se consigue?
De forma breve explicaré que, por motivos en los que no vamos a entrar, el agua tiene gran afinidad por el oxígeno. Es decir, "le gusta mucho" y en presencia de oxígeno (O2) y dióxido de carbono (CO2) siempre tenderá a coger oxígeno y soltar CO2. De forma contraria, el aire tiene más afinidad por el CO2; y por tanto en abundancia de uno u otro siempre tenderá a "dar" oxígeno y "tomar" dióxido de carbono.Esto nos lleva al siguiente punto. De forma natural, en un acuario que hay peces, sobre todo si hay más que plantas o si éstas directamente están ausentes, tenderá a haber más dióxido de carbono, resultante de la respiración de los peces que es como la nuestra: toman oxígeno, expulsan CO2, y este queda en el agua. Si la comunicación entre agua y aire es buena, el CO2 tenderá a escapar y el oxígeno a entrar en el agua con lo que no habrá problema de suministro de oxígeno. PERO si por cualquier causa esta barrera está bloqueada, éste intercambio no se podrá dar, el CO2 se acumulará en el agua y finalmente puede que haya tanto que los peces, literalmente, se asfixien.
¿Por qué puede suceder este fenómeno y en qué momento se da? Es muy habitual cuando tenemos poco o nulo movimiento en superficie. Es aquí cuando podemos ver una capa o película de aspecto grasiento en la superficie del agua de nuestro acuario. Está formada sobre todo por proteínas procedentes de los restos de comida y otros procesos biológicos. Esta capa hace efectivamente de barrera entre el agua y el aire impidiendo que salga el CO2 del agua y que entre el oxígeno desde el aire.
¿Cómo evitarlo? Principalmente de dos formas: con un aireador, que es el tema de este artículo, o con la salida de agua del filtro. La primera opción es la que ya hemos explicado. La segunda consigue el mismo efecto pero sin burbujas. Si conseguimos que en la superficie se formen ondas o pequeñas olas según sale el agua del filtro - interno o externo - ahí estamos propiciando el intercambio de gases. Si lo que tenemos es un filtro de mochila, el efecto es muy parecido al del aireador ya que la cascada está continuamente rompiendo la superficie agua-aire facilitando el intercambio de gases entre éstas.
¿Dónde se coloca el aireador? ¿Cómo produce la cortina de burbujas?
El aireador en sí es el compresor, la bomba de aire. Es un aparato que se enchufa a la red eléctrica y que debe estar SIEMPRE fuera del acuario. No va nunca dentro del acuario como el filtro o el calentador.
En cuanto a su posición con respecto al acuario, siempre es mejor colocarlo por encima, y en el caso que deba ir por debajo es mejor que esté lo menos alejado posible del borde del acuario ya que cuanta más distancia de tubo tenga que recorrer el aire hasta llegar al difusor, más fuerza perderá, obtendremos menos caudal de aire, y también se acortará la vida media de la bomba.
Del aireador obtenemos normalmente 1 ó 2 salidas de aire - los hay de más - a las que conectaremos un tubo o macarrón que suele tener un grosor estándar de 4/6 (4 milímetros interior, 6 milímetros exterior) y que a su vez va unido a un difusor; éste puede ser desde una piedra cilíndrica o con otras formas, tipo piedra pómez con poros muy finos que son los que dejan salir el aire, a un trozo de madera también con poros, hasta un tubo de plástico, goma o caucho perforado o una "figurita de acción" (no son de mi estilo pero haberlas haylas).
Encuentro interesante, o más que eso casi indispensable, el uso de una válvula antirretorno en el tubo/macarrón. Es un cilindro de plástico que en su interior tiene un mecanismo muy simple que deja pasar el aire en un sentido pero no en el otro. Impide el retorno del aire en dirección opuesta. Es una piececita que no cuesta mucho más de un euro y que nos puede evitar una pequeña-gran catástrofe en un futuro. Me explico: cuando el aireador mete aire en el acuario ejerce una presión sobre el agua que, en caso de que en algún momento se fuese la luz en casa o desenchufásemos el aireador sin darnos cuenta y éste dejase de funcinonar, ejercería una fuerza en sentido contrario arrastrando con ella el agua fuera del acuario. ¡Adios parquet!
¿Es necesario tener aireador? ¿Tiene que estar siempre enchufado?
He aquí la pregunta estrella.
La respuesta es NO. No es necesario tener aireador. Y si se tiene, no hace falta tenerlo siempre enchufado. Aunque por supuesto si se quiere poner como parte de la decoración del acuario porque nos gusta ver la cortina de burbujas saliendo del difusor, su uso queda con ello justificado.
Yo recomiendo tener aireador, aunque no esté conectado habitualmente, para dos casos concretos (seguramente hay más pero para mí éstos son los principales):
- En verano. Cuando la temperatura de nuestro acuario sube porque, aún estando el calentador desconectado, la temperatura ambiente es tan alta que sube hasta los 30 o 32ºC (hablo de la zona centro de la Península Ibérica; obviamente en el resto del territorio español o en el extranjero las condiciones serán diferentes según el clima), el aireador es una gran ayuda porque a) aumenta la concentración de oxígeno en el agua, que con esas temperaturas suele disminuir bastante y b) con el movimiento del agua aumenta la evaporación y con ello podremos bajar algún grado la temperatura de la misma. Veremos en otras publicaciones ésta y otras maneras de bajar la temperatura del agua del acuario.
- Para los acuarios de cuarentena/enfermería o en cualquier momento que tengamos que medicar a un pez enfermo. Cuando un pez está enfermo y necesita tratamiento, ya sea en una urna aparte o sea en el propio acuario porque haya más peces infectados, suele estar más débil que de costumbre, con las defensas bajas, y puede costarle más trabajo respirar. También los medicamentos pueden producirle o agravarle este efecto. Para ayudarle en su recuperación y que las energías que tenga las dedique a curarse y no a seguir sobreviviendo es muy bueno ponerle un aireador. Es como si le colocáramos una mascara de oxígeno.
También podemos plantearnos si es bueno o malo tener aireador en un acuario plantado.
Es importante tener en cuenta que el proceso mayoritario y de más peso en una planta es la fotosíntesis, mediante el cual toma CO2 y lo utiliza para sintetizar o producir compuesto orgánicos que son su comida, produciendo como "desecho" oxígeno que libera a la atmósfera en el caso de las plantas terrestres y al agua en el caso de las plantas acuáticas.
Cuando ponemos un aireador, según lo que ya hemos visto, estamos facilitando que el CO2 se escape del agua al aire y que entre al agua. No tendría entonces sentido ponerlo en un acuario muy plantado, con una gran demanda de CO2. Ni que decir tiene cuando lo estamos inyectando de forma externa con un sistema de CO2 ya sea de presión o no. Estaríamos perdiendo con el aireador lo que metemos por otro lado con el equipo de CO2. Tampoco en uno poco o medianamente plantado si vemos que las plantas frenan su crecimiento - que puede ser debido a muchos factores pero éste es uno de ellos.
Un último aspecto a tener en cuenta es el efecto de la cantidad de O2/CO2 presente en el agua en el pH del acuario.
Por reacciones químicas entre el CO2, el agua, el oxígeno, y algún otro compuesto de carbono de los presentes en el acuario, cuando aumenta la cantidad de CO2 en el agua (si lo añadimos nosotros, si tenemos superpoblación de peces y pocas plantas) el pH irá bajando; en función de la dureza de carbonatos (kH) bajará más o menos. Y por el mismo motivo pero a la inversa, al aumentar el oxígeno en el acuario (muchas plantas realizando la fotosíontesis, el uso del aireador) el pH subirá. Como subir el pH es más difícil que bajarlo normalmente no llegará a niveles peligrosos, como ocurriría con el primer proceso, y sí que puede ser un buen aliado en algunos casos (muy útil en marino).
Creo que con esta publicación quedan aclarados todos los puntos concernientes al uso del aireador en el acuario, pero si se os ocurren más no dudéis en poneros en contacto conmigo por si puedo ayudaros a solucionarlas.
Enfermedades comunes en peces de agua dulce
En este artículo no pretendo entrar en profundidad en las enfermedades de los peces sino más bien aprender a detectarlas, diferenciarlas, saber cómo actuar y comentaré algunas de las más comunes a lo largo del texto.
Las causas de las enfermedades en los peces pueden ser múltiples y de distintos orígenes. La enfermedad puede provenir de fuera (peces nuevos que tienen o incuban una enfermedad para la que nuestros peces no tienen defensas creadas) o de dentro del acuario. Dentro de éstas últimas las más frecuentes son una mala calidad de agua, una alimentación pobre, superpoblación, estrés por compañeros de acuario inadecuados... Todo esto hace que al pez le bajen las defensas y las enfermedades oportunistas ataquen y causen una enfermedad que en condiciones normales, en un pez sano, no serían capaces de hacerle enfermar. Encontramos por ejemplo a los hongos que son los más típicos como enfermedad secundaria a una infección bacteriana.
En nuestra mano está gran parte de la prevención, asegurándonos por un lado de que compramos animales sanos, y manteniendo un buen nivel de vida de los que ya tenemos en el nuestro. Esto se traduce en: cambios regulares de agua (conociendo los parámetros del agua que usamos para el cambio y evitando alteraciones bruscas de cualquier parámetro, empezando por la temperatura), una alimentación variada y adecuada a nuestros peces (más proteína, o más vegetal, tamaño adecuado, buscando la calidad y a ser posible una buena palatabilidad para que la aceptación del pez sea mejor), elegir muy bien las especies compatibles con las nuestras sin forzar situaciones de convivencia que “podrían salir bien” pero también podrían no salir nada bien y acabar con resultados catastróficos”, evitando meter en nuestro acuario más animales de los que debería haber (un acuario es un ecosistema, no una lata de sardinas).
Partiendo de estas premisas, ¿cómo podemos saber si un pez está enfermo?
Algunos síntomas de enfermedades variadas son:
- Pérdida de apetito (no sube a comer, no busca la comida)
- Apatía (se queda en un sitio quieto y no nada activamente; esto es teniendo en cuenta el nivel previo de actividad del pez, no se mueve lo mismo un neón que una corydora, o que un guppy, o que una cebrita)
- Natación “rara”, errática, puede ser haciendo eses, o de forma muy nerviosa y descontrolada, o de lado, o panza arriba, el pez no se puede mantener en la posición correcta
- Aletas rotas o deterioradas, deshilachadas
- Lesiones en la piel en forma de puntos, manchas, heridas, “pelos”, gusanos, etc; escamas ausentes, pérdida de color continuada, falta de barbillones en peces de fondo
- Dificultad para respirar, respira rápido en la superficie, no usa las 2 agallas (no abre los 2 opérculos que las tapan), tiene las agallas enrojecidas, gusanos en las agallas
- Ojo hinchado, boca o espina deformada, bultos en el cuerpo
- Escamas levantadas (erizadas) acompañadas de hinchazón del vientre, extrema delgadez con el vientre hundido, hemorragias internas visibles
- Deposiciones de color distinto al habitual, blanquecinas, discontinuas, con mucosidad
Cuanto antes detectemos los síntomas y más claros los tengamos antes podremos aplicar el tratamiento correcto y más efectivo será. Como en todo cuanto antes detectemos la enfermedad más posibilidades tendremos de sacar adelante el animal enfermo.
Otra de las cosas que nos podemos plantear es qué ocasiona la enfermedad ya que antes que aplicar un medicamento de amplio espectro será mejor aplicar un tratamiento antibiótico, antifúngico, antiparasitario o lo que proceda.
Muchas veces tenemos que hacerlo por descarte, a no ser que se trate de las enfermedades más habituales de las que se conoce la causa, el tratamiento y que se soluciona de forma rápida.
De forma muy simplificada podemos afirmar que:
Los puntitos en la piel y los gusanos en piel o agallas suelen ser parásitos
Las enfermedades fúngicas (hongos) se suelen manifestar en heridas o zonas ya dañadas, en forma de pelos o abultamientos blanquecinos con forma de “coliflor” de apariencia algodonosa.
Las manchas en la piel, blanquecinas, suelen ser bacterianas si la capa no es muy gruesa, y fúngicas si son más abultadas.
Las lesiones en las aletas suele ser una combinación de bacteria y hongo.
Los problemas de natación por flotabilidad suelen tener como causa una infección de la vejiga natatoria (lo más habitual, bacterias).
Los peces con bastante delgadez acompañado o no de deposiciones blanquecinas y/o discontinuas se deben a parásitos intestinales (internos).
Las heridas abiertas son susceptibles de ataques bacterianos o fúngicos con lo que es algo a evitar. Suelen deberse a agresiones de otros peces o a la presencia de objetos o grava afilados, con bordes cortantes.
Descartando todo esto *casi* podemos concluir que se trata de algo vírico, que casi nunca tiene tratamiento.
Con estos datos podemos empezar a hacer algo, como separar al pez del resto para evitar que se propague, subir la temperatura si se trata de algún parásito externo, o mantenerla e incluso bajarla un poco si es algo bacteriano (las infecciones avanzan más rápido a temperaturas altas). Y por supuesto medicar en consecuencia con unos medicamentos u otros.
La cuarentena o enfermería se trata de una urna no necesariamente grande, que se rellena con agua del acuario donde está el pez que ha enfermado y donde se aplica el tratamiento que deba seguir. Por comodidad la urna está desprovista de grava o cualquier tipo de decoración y el filtro es o de esponja o uno interno o de mochila lo más sencillo posible. No es necesario que esté ciclado ya que la mayoría de medicamentos afectan en mayor o menos medida a la colonia bacteriana, porque controlaremos los parámetros con cambios de agua, porque la estancia del pez será en princpio corta y porque muchas veces no conviene alimentar mientras dure el tratamiento. Es especialmente interesante poner un aireador para que el pez no tenga que realizar un sobreesfuerzo, y porque suele estar ya debilitado de por sí por la enfermedad. Otras cosas a tener en cuenta es que el tratamiento se realice a oscuras, ya que la luz puede alterar el medicamento y anular su efecto, y el pez estará más tranquilo que si le ponemos un fluorescente; y hay que quitar el carbón en caso de tenerlo en el filtro así como la luz UV en caso de estar instalada. Ya usaremos el carbón al terminar el tratamiento para retirar cualquier resto de medicamento que quede en el agua; sobre todo cuando hay que hacerlo en el acuario comunitario.
También hay que saber que las plantas se resienten con los medicamentos y la mayoría de caracoles y gambas mueren porque son muy sensibles a los compuestos químicos.
Algunas enfermedades habituales son:
Punto blanco
Generalmente se da por una bajada de defensas del pez. El responsable es un parásito oportunista, un protozoo ciliado que se llama Ichthyophthirius multifiliis o de forma abreviada Ich.
El síntoma es que el pez queda cubierto por una serie de pequeños puntos blancos por todo el cuerpo.
La solución pasa por elevar la temperatura paulatinamente hasta los 28-30 grados según el pez que sea, la temperatura que aguante y la temperatura de la que partimos. En general a temperaturas altas el parásito muere y se desprende del pez. También funciona dar baños de agua salada o añadir sal al acuario; hay que hacerlo con mucha precaución porque hay peces que no soportan la sal (peces gato, algunos tetras, algunos ciprínidos...) así como la mayoría de los invertebrados (gambas y caracoles). Si queremos ir a lo seguro debemos añadir un medicamento específico para el punto blanco (casi todas las marcas tienen uno) y seguir a rajatabla las dosis y los tiempos de tratamiento.
Nota: Nos estamos refiriendo siempre a enfermedades de agua dulce. El punto blanco marino es diferente, lo provoca otro parásito y ya lo veremos en su momento.
Podredumbre de aletas
Las aletas de los peces aparecen como comidas y deshilachadas, muchas veces con bordes algodonosos de aspecto blanquecino, en enfermedad avanzada se distinguen los radios de la aleta “pelados” e incluso ausentes (pérdida total de la aleta). Suele empezar por una herida (mordiscos de otros peces, roces contra objetos cortantes/afilados del acuario) que en malas condiciones de agua se ve rápidamente infectada por bacterias y hongos.
Hay muchos medicamentos que tratan esta enfermedad pero lo más importante quizá es eliminar el origen de esa primera lesión, ya sea el pez que atacó o mejorar las condiciones del agua.
Hidropesia o hidropesía
Este término indica una hinchazón o edema en cualquier parte del cuerpo, más frecuentemente en ojos y zona ventral o visceral. Es muy típico el ojo hinchado o la hinchazón del vientre con las escamas separadas del cuerpo, que vistas desde arriba aparecen erizadas. No se trata tanto de una enfermedad como de un síntoma. A pesar de ello suele dar resultado el tratamiento con algún medicamento para las bacterias.
Hay que intentar no confundirla con una obstrucción intestinal que se da a veces cuando el pez no puede defecar y coincide en muchas ocasiones con un abuso de la larva roja congelada. Es más frecuente en laberíntidos (bettas, colisas) y en cíclidos. Este problema responde bien dando de comer al pez alimentos de efecto diurético como los guisantes hervidos pelados o dar una gotita de aceite de oliva en la boca del pez – esto requiere manipulación y puede ser más complicado para los menos iniciados.
Asfixia y otros síntomas de falta de oxígeno
Esto lo hemos podido ver en alguna ocasión: los peces en la superficie boqueando rápidamente intentando coger aire porque les cuesta respirar.
Hay que ser muy consciente de que igual que nosotros necesitamos un aire limpio y con cierta concentración de oxígeno para vivir, los peces necesitan un agua oxigenada y libre de compuestos tóxicos para poder respirar.
Esta situación se da principalmente por 2 causas:
Falta de oxígeno en el agua. Frecuente en verano cuando aumenta la temperatura del acuario y a causa de ello disminuye la concentración de oxígeno en el agua. Tiene fácil solución poniendo un aireador para que aporte aire y circulación de agua y facilite el intercambio de gases en superficie.
Presencia de nitrito en el agua. El nitrito, del que ya he hablado en la parte de química del acuario, es un compuesto muy tóxico para los peces porque se une a la hemoglobina de la sangre y no le permite transportar el oxígeno con lo cual éste no llega a ningún órgano del cuerpo y se da el síntoma de asfixia descrito. Para este caso se recomienda, aparte del aireador, empezar con cambios de agua de un 10% controlando cada día la concentración de nitrito para comprobar si conseguimos bajarla, y un aporte de bacterias, a ser posible un concentrado diferente al que se usa en los cambios de agua, para reforzar la colonia bacteriana del filtro que se encarga de la transformación del nitrito en nitrato (Nitrobacter).
Hexamita y otros parásitos intestinales.
Es una enfermedad muy frecuente en cíclidos, especialmente en discos, aunque no exclusiva. Se caracteriza en primera instancia por un adelgazamiento patente del pez aún comiendo de forma habitual, y sobre todo por heces blanquecinas y discontinuas. En estados más avanzados aparecen unos agujeros en la cabeza por los que podemos ver en ocasiones los parásitos como la cabeza de una espinilla.
Salvo casos raros también aparece en momentos de defensas bajas de los peces o por incorporación de peces nuevos con cepas más resistentes. La hexamita (nos referiremos a estos parásitos con el nombre del más conocido de ellos) es algo que siempre está ahí, siempre está en el pez, pero solo ataca cuando el pez se encuentra débil por cualquier causa, desde mala calidad de agua a estrés. Habrá que medicar con el tratamiento específico para ellos, como siempre siguiendo escrupulosamente las dosis y los tiempos. Es altamente probable y muy aconsejable que se tenga que repetir el tratamiento una vez desaparecida la enfermedad como medida preventiva porque recidiva (vuelve) cada X meses. Por establecer un paralelismo es como el que tiene herpes labial y siempre que sufre estrés o fiebre sabe que volverá a tenerlo, nunca se elimina del todo.
Anorexia
También un síntoma. Puede ser por cualquier enfermedad que esté incubando el pez o que esté comenzando a infectar así que es conveniente vigilar al pez así como intentar que vuelva a comer porque también hay tratamientos que se dan vía oral.
Hay muchas otras, pero éstas son las que más se me presentan por mi experiencia en conversación con otros acuariófilos.